DANIELA, UN NUEVO DESPERTAR - Relatos Eróticos

DANIELA, UN NUEVO DESPERTAR

... sus labios, que delicioso beso íntimo. La saco y vuelvo a meter sin ir más allá, una y otra vez, solo la cabeza. Luego de un rato, se la saco y le digo que se acomode como perrita, ella ríe y obedece. Le indico bien como y a la orilla de la cama, dándome la espalda. Daniela separa las piernas y me muestra un hermoso panorama de sus nalgas, su culito y su cuevita de color rosa. Me coloco detrás de ella y sujetos sus caderas con la mano izquierda, con la derecha agarro mi trozo de carne y dirijo la punta a su cuevita, donde despacio comienzo empujársela, entrado la cabeza entre esos apretados labios. Mis movimientos son pausados pero firmes, una y otra vez, pero las caderas de Daniela comienzan a moverse un poco más fuertes de adelante y hacia atrás, y en ese movimiento, entra un poco más allá de la cabeza, el cuello… Ambos sentimos eso y nos detenemos, al parecer le dolió, luego de unos segundos Daniela comienza a mover sus caderas despacio, de adelanta y atrás, ahora ella lleva el ritmo. 
Empuja hacia atrás y entra la cabeza y un poco el cuello, yo solo la sujeto de sus caderas y disfruto. Sus gemidos son fuertes y pausados, así como su respiración. Luego saco mi trozo de carne y se la tallo a lo largo de sus labios por unos instantes, pero Daniela mete su mano por debajo y agarra mi trozo de carne y la vuelve a dirigir a la entrada de su cuevita.
-¡Aquí papi, aquí!- Me dice entre gemidos. – ¡Un poco más adentro!- Me pide.
Se empuja más hacia atrás y entra un poco más del ...

... cuello en su apretada cuevita, pero trato de no lastimarla. Me hago hacia atrás y me recuesto sobre la cama, Daniela se tira a un costado mío y sus manos acarician mi dura y gruesa hombría, luego comienza de nuevo a chuparla con ansias, chupando la cabeza, el cuello y parte del tronco que es lo que apenas cabe en su boquita, mientras mis manos acarician sus aterciopeladas nalgas. 
Chupa y chupa, liquido pre seminal brota de la cabeza y ella lo bebe sin ningún problema o asco. Luego se sube y me besa en los labios, su carita de ángel es el retrato de la misma lujuria. Sé que desea más igual que yo, entonces la acomodo sobre mí, con las piernas a cada lado de mis caderas, mete su mano derecha entre nuestros cuerpos, agarra mi hombría y dirige la punta a su cuevita, donde penetra la cabeza y Daniela comienza a mover sus caderas de arriba abajo, sin despegar su pecho del mío. Primero despacio, haciendo que entre y salga la cabeza y parte del cuello poco a poco, acompañando con dulces gemidos ese delicioso baile. Pero poco a poco su respiración comienza a acelerarse, sus gemidos son cada vez más fuertes igual que los movimientos de sus caderas, que peligrosamente pueden ocasionar una penetración total y su desvirgue. 
Mueve y mueve con fuerza sus caderas, entrando y saliendo la punta de su cuevita. En un momento de su éxtasis, Daniela hace un movimiento como de querer sentarse y sentimos como mi hombría estuvo a punto de penetrarla más allá, le duele y se vuelve a recostar sobre ...