1. Yo trabajando... ¡y mi esposa gozando!


    Fecha: 10/05/2020, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: Juan José Ángel R., Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... diciéndome algunas cosas a las que yo respondía con gusto y que me hizo tener un par de orgasmos muy rápidamente.
     
    Después de una pequeña pausa, su pene se había caído un poco, lo vi algo flácido y me preocupé... pero al volver a tocarnos y besarnos, su pene volvió a ponerse duro, y creo que mucho más grande que antes (y te cuento que de verdad es bastante enorme, sin pasar a lo anormal), yo estaba ansiosa y le decía que me penetrara pronto, quería sentirlo, y así fue.  Sentí su miembro mucho más grande y grueso dentro de mí, entrando y saliendo varias veces, acompañado de palabras que me excitaban aún más.   
     
    ¡Qué rica estás!, ¡estás muy buena!, ¡qué chocho tan rico!, eso me encendió y estaba totalmente mojada, dimos una vuelta y me senté encima de él, le puse mis tetas en su cara, para que las lamiera, las chupara, las besara.  Ahí tuve un orgasmo muy rico.
     
    Luego me dijo que me pusiera en cuatro, y así lo hice, él me lo metió delicioso... sentía una cosota enorme que me quemaba por dentro, pero que a la vez me encendía más, yo comencé a moverme a buen ritmo y con locura... cuando escuché que me decía: sácame la leche, yo empecé a acariciarme el clítoris sin dejar de clavármelo y sentí en su respiración agitada que se estaba viniendo. Yo terminé lavada en sudor, y él se fue para el baño a desechar el condón.
     
    Cuando regresó, nos tomamos un sorbo del trago que nos había quedado en el bar, llamó a recepción para pedir vasos, hielo y más condones. Al instante todo ...
    ... llegó.
     
    Una pequeña charla recostados en la cama y comenzó el tercer round, besos, mordisquitos, caricias... yo me volteé de medio lado con mi cola hacía su pene y comencé a restregárselo...
     
    Empecé a calentarme, sus besos y manos hicieron que mis pezones se endurecieran de tal forma que casi me dolían, me acomode bocabajo para sentirlo detrás de mí, acomodándome para recibir su rica verga, rodamos y volteamos en la cama de mil formas, sudando y jadeando de placer y, diciéndonos muchas cosas, nos vinimos otra vez. Quedaron nuestros cuerpos cansados en la cama semi abrazados.
     
    Miré la hora y ya tenía que irme, fui y me di una pequeña ducha para no llegar a la casa oliendo a sexo.   Comencé a vestirme, igual lo hizo él... ya tenía puesta la blusa y tenía el jean desabrochado mientras me ponía las sandalias, no recuerdo muy bien, pero creo que él se me acercó para darme un besito,  al cual yo respondí gustosa,  ese beso se convirtió en más besos apasionados y comenzó nuevamente la ropa a volar por todos lados,  quedé con la blusa subida al cuello,  mis jeans fueron arrancados y terminé sentada cabalgando nuevamente encima de él con su pene dentro de mí,  luego nos pasamos al muro que separa la cama del jacuzzi,  este muro tiene una forma redonda y hueca en el centro,  allí llegamos los dos llenándonos de besos y caricias, donde sentía su verga penetrándome con fuerza y mucho deseo, ¡qué placer!...
     
    Y mientras, diciéndonos cosas de volver otro día a repetirlo, cuando ...
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