1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... izquierda de Karina. Con los músculos en tensión, totalmente desnuda, en cruz, el físico de Karina era realmente espectacular. Parecía una diosa esclavizada.
    
    Luna bajó hasta el sexo de su perra. Se acomodó entre los muslos de ella, haciendo que su cabeza reposase sobre el sexo. La punta de los pies de tocaban el suelo. Bajó aún más, hasta llegar al principio de esas larguísimas piernas.
    
    Luna comenzó a acariciar los pies de Karina, a besarlos y a chuparlos. Fue subiendo lentamente, saboreando el sudor que había emanado del cuerpo de esa puta. Notaba cómo ambas comenzaban a relajarse. Ya no sentía necesidad ni placer en pegarle, solo de amarla.
    
    Las manos de Luna la volvían loca. Sus dedos pequeños sabían ejercer la presión justa sobre cualquier parte de su cuerpo. Su llegada a su sexo era firme, no se pararían. Finalmente, las manos de Luna tocaron su sexo, abriendo su sexo para que la lengua ejerciera su breve paseo de abajo arriba hasta tocar el clítoris. El sexo de Karina enseguida pasó a ser una fuente de placer, y Luna tomaba entre sus labios y su lengua aquella miel que tanto había esperado. Viendo que Karina comenzaba a agitarse y a iniciar un camino hacia el orgasmo, decidió parar.
    
    —no, por favor, no, no pares, ahora no.
    
    Parecía que nadie la escuchaba. Luna se impulsó con suavidad y posó su boca sobre el plano y duro vientre de su esclava por un día. Notó como la respiración era profunda. Mordía levemente su piel conforme subía hacia sus pechos, siendo un ...
    ... recorrido que sus manos antecedían a sus labios. Cuando su boca besó la base de sus pechos, la excitación corría por el sexo de Luna. Su cadera presionaba hacia el sexo de Karina, buscando su calor. Le hubiese gustado tener una boca gigante para poder tener al menos un pecho dentro de ella. Los pezones parecían explotar, y las tetas eran asidas por las manos de Luna, haciendo que se uniesen para besar y chuparlas con un deseo casi incontrolado.
    
    —desátame y deja que te toque. Quiero amarte, por favor. -suplicaba Karina.
    
    Subió un poco más y sin dejar de tocarle los pechos, lamió su cuello, besándolo con tal fuerza, que a buen seguro que Karina tardaría varios días en quitarse esas marcas. Subió un poco la bolsa de tela para dejar al descubierto las orejas para que posteriormente su lengua jugase con ellas, chupándolas y dejándolas totalmente ensalivadas. Normalmente con otra persona era algo que a Karina le daba asco, pero a su ama le consentía todo, y eso no iba a ser una excepción.
    
    Como todo lo que hacía Luna, de forma inesperada, paró. Saliéndose de la cama. Karina la invitaba a volver, pero Luna volvió a tomar su voz desafiante y la amenazó con que si volvía a hablar sin su permiso, le quemaría un cigarrillo por sus piernas y sexo.
    
    Karina calló. Escuchaba cómo su ama utilizaba la bolsa de plástico. Luna sacó dos cosas de ella, un bote de lubricante y un larguísimo pene con dos cabezas.
    
    —ahora verás puta. Te voy a follar como nadie te ha follado. Abre la boca ...
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