1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... para que sientas un grosor.
    
    Karina abrió la boca y su señora le colocó la punta de lo que podía ser un pene y enseguida notó que debía ser un consolador, pero su sorpresa fue que al abrir la boca tuvo que hacer un gran esfuerzo dado que una vez metida dentro la punta, el grosor del dildo era mayor de lo que esperaba.
    
    —No te entra en la boca, zorra? - Luna volvía a insultarla y a ser agresiva.- pues verás como te entra en el coño, yo haré que esta polla te parta en dos, puta.
    
    Luna tomó unas viejas medias que tenía en el cajón y la hizo un ovillo, indicándole a Karina que abriese la boca, ya que le iba a dar un poco de agua. Obedeció, y cuando esperaba el agua, lo que sintió fue como le metían rápida y violentamente algo de tela en la boca. Ya no podría chillar.
    
    Luna se sentó en el borde de la cama y puso una pierna encima de ella. Mientras miraba el espectacular cuerpo de Karina, comenzó de nuevo a masturbarse. Tras lo vivido esa tarde y el parto de pocos meses antes, no le costó trabajo introducirse tres dedos y seguir tocándose con la otra mano su clítoris. Cuando se sintió excitada realmente, tomó el consolador gigante y se lo fue metiendo poco a poco. Le costó un poco, pero consiguió introducirlo varios centímetros. Volvió a parar.
    
    Se acercó a Karina y al oído le susurró
    
    —cariño, yo ya estoy preparada ¿lo estás tú? ¿no? Uy! No te preocupes, en un ratito y con unas lágrimas, también lo estarás tú.
    
    Karina intentaba gritar o desahacerse de las medias que ...
    ... estaban en su boca, pero no era posible.
    
    Luna tomó el bote de lubricante y se echó bastante sobre su mano derecha y a continuación lo untó sobre el sexo de su puta. Cuando notó que toda la parte exterior y la entrada del coño de Karina estaba lleno de lubricante, volvió a coger el bote para echar nuevamente sobre su mano, solo que estaba vez comenzó a esparcirlo sobre una de los glandes del consolador. Cuando vio que estaba totalmente lubrificado lo dejó en la puerta del sexo totalmente depilado de Karina.
    
    —qué estrecha eres, guarra, para lo grande que eres.
    
    Ciertamente apenas podía entrar el consolador en el sexo, pero también influía que Karina estaba muy nerviosa y contraía sus músculos.
    
    Luna fue empujando, poco a poco, con paciencia. Cuando Karina se estiraba de dolor paraba y en el momento que se relajaba, volvía a meterle un poco más, solo que de golpe. De vez en cuando echaba un poco más de lubricante sobre la parte del dildo que estaba próximo a entrar.
    
    Tardó casi veinte minutos, pero consiguió que unos quince centímetros estuviesen dentro de la vagina de Karina, quien sudaba y tensaba sus músculos. Debía sentir más dolor que placer, pero Luna aún no había terminado.
    
    El consolador podía medir unos cuarenta centímetros. Luna se sentó sobre las piernas de Karina, colocando su sexo muy cerca del de ella. Buscando la otra cabeza del consolador, la puso sobre su coño y lo empezó a meter dentro de ella. Ahora sí estaban unidas, pero por una gran polla de ...
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