1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... tocándole el clítoris.
    
    Definitivamente Luna paró. Estaba empapada en sudor. Sin fuerzas. Miraba a Karina. En esos momentos lo único que sentía era agotamiento, gratitud por conocerla y quizás amor.
    
    Fue levantándose lentamente, para sacarse el consolador con lentitud para no hacerse daño ni a ella ni a Karina. Una vez fuera, agachó su cabeza hasta el sexo de su perrita. Con dulzura le abrió un poco sus labios vaginales, que hinchados, aún tenían preso al consolador.
    
    —Con cuidado, por favor. Le suplicaba Karina
    
    Luna lo fue sacando despacio, abriendo con su manos la entrada de la vagina, hasta que lo extrajo totalmente.
    
    —si te vieras el coño ahora, joder, parece una boca de metro.
    
    Karina sudaba. Necesitaba beber algo. Apenas sentía las manos y los pies por las ataduras.
    
    —tengo sed
    
    —bien, yo también, iré a por agua
    
    —desátame
    
    —¿por qué? Cuando yo lo diga
    
    —sí, lo que tu decidas
    
    Luna se fue a la cocina. En ella estaba su marido tomando una cerveza.
    
    —estás borracho?
    
    —No, pero si quieres, puedo estarlo.
    
    El la miraba con los ojos muy abiertos y una sonrisa poco tranquilizadora.
    
    —vaya fiesta que has montado con esa zorra!
    
    Luna sacó agua del frigorífico. Estaba desnuda. Cogió un vaso y bebió.
    
    —nena, quiero cepillarme a esa puta
    
    —no, es mía. Es tan solo un trabajo
    
    —¿ha traído el dinero?
    
    —Sí
    
    —¿te ha pagado ya ?
    
    —Sí
    
    —entonces no hay problema en que me la cepille.
    
    Luna iba a abandonar la cocina cuando notó que le ...
    ... cogió del brazo.
    
    —dale la vuelta y atala de nuevo.
    
    —No, Adolfo, no
    
    Adolfo se fue hacia ella y la agarró por las tetas, fuertemente, haciéndole daño. Luego cogió su coño con una mano, con su dedos gruesos y encallecidos.
    
    —Cariño, he visto cómo te has follado a esa tía ¿no querrás que haga lo mismo contigo, pero con una botella u otra cosa, verdad? Quizás cualquier objeto sirva para una zorra como tú.
    
    Adolfo nunca la había pegado ni maltratado, pero siempre podía haber una primera vez. Ya lo hizo con ella su padre, su hermano y luego su primer marido. Esos recuerdos la aterrorizaban.
    
    —bien, haré lo que me dices
    
    —buena chica – le dijo Adolfo, mientras con la mano aún en el coño, intentaba torpemente introducirle un dedo, como si eso fuese a darle placer.
    
    Luna apareció en el dormitorio con un vaso de agua y un embudo. Se lo puso en la boca a Karina y le obligó a beber.
    
    A pesar de todo lo que le había hecho durante la tarde, le daba miedo y pena dársela a su marido. Todo lo que allí ocurría era consentida entre las dos, y un acto solo de ellas y para ellas. El mundo no existía en esas horas.
    
    —Te voy a desatar, le dijo muy seria.
    
    Karina no hablaba.
    
    —Aún no he acabado contigo. -la engañaba- ahora deseo que te pongas tumbada de espaldas.
    
    Karina miró al consolador enorme, indecisa y asustada.
    
    —no, este juego ya se terminó. - y cogiéndolo de la cama, lo tiró a una esquina de la habitación.
    
    Comenzó a desatarla. Vió como las muñecas y tobillos ...
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