1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... su marido.
    
    Más relajados, y cuando recuperaron la respiración normal, desataron a Karina. Ataron sus manos a sus tobillos con unas esposas, de forma que podía rodar, pero no podía ponerse de pie. Manos y tobillos estaba juntos.
    
    La sentaron en la azotea de la vivienda, bajo un falso techo de madera que evitaba las miradas de los vecinos.
    
    Realmente Karina parecía un zombi. Tenía la mirada perdida y estaba sucia, la cara desfigurada por los labios, las piernas y el culo ensangrantados por los azotes, y sobre todo, le dolía mucho la vagina y el ano.
    
    Adolfo y Luna estaban muy cansados. Tumbados sobre un sucio colchón cerca de Karina, disfrutaban del frescor que daba ese día de julio a las diez de la noche.
    
    Adolfo incluso había dormido un poco, como siempre, con su mano en el sexo de su mujer.
    
    Luna y Karina apenas habían abandonado sus miradas, pero no se hablaron.
    
    Al despertar Adolfo, se quedó mirando a Karina con una sonrisa burlona.
    
    —puta, más que puta. Cómo te gusta que te den palos.- le decía eso mientras le tiraba pequeños trozos de tierra de una maceta cercana.
    
    Karina no le contestaba. Podía hablar si quería, pero no hablaba. Quizás ese cabrón tuviese razón, y así fuese.
    
    —Cariño, le dijo Adolfo a Luna, he pensado que nuestra amiga estará incómoda. ¿y si la atamos a esas argollas del suelo y la pared que sujetaban los toldos antiguos.
    
    —Como quieras
    
    Poco después, y sin que Karina se negase, ésta se encontraba atada por los tobillos a unas ...
    ... argollas del suelo, y sus manos a otras que sobresalían de la pared.
    
    Adolfo se levantó del colchón y se acercó a Karina.
    
    —Bien, guarra, ya sabemos cómo folla tu coño y a qué sabe tu culo, pero ¿y tu boca? Abrela, zorra
    
    Karina se quedó mirándolo, y luego miró a Luna, ésta la miraba con desagrado.
    
    —No me gusta esa mirada. Ahora verás.-le dijo Luna
    
    Apareció con algo en la mano. Karina no adivinaba a saber lo que era. Pero pronto lo descubrió. Eran unas pinzas de oficina, con el cierre muy fuerte. Karina abrió los ojos de terror. Luna sonreía.
    
    Primero le colocó una piza sobre el pezón izquierdo. Luego otra sobre el derecho. Hizo una mueca de dolor exagerada, pero no chilló. Lloraba de nuevo.
    
    Luna también había traido las medias, y se las volvió a colocar en la boca. De nuevo estaba callada a la fuerza. Lo que a continuación ocurrió no lo olvidaría Karina durante semanas.
    
    Luna cogió otras dos pinzas y colocó cada una de ellas en cada labio de su vagina. El dolor era insoportable.
    
    - Ahora, fóllate la boca de esta puta. - le dijo a su marido
    
    Sumisamente Karina abrió la boca y Adolfo comenzó a follársela con fuerzas renovadas. Al igual que a su mujer, en un momento, la sujetó de la nuca y la obligó a tener buena parte de su polla dentro de su boca. No podía respirar, pero tanto tiempo la aguantó Adolfo, que al sacarla Karina también vomitó las arcadas que le llegaron.
    
    Adolfo reía y le decía lo puerca que era, pero se la seguía follando por la boca y ...