1. La dominación de Karina


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: Hetero Autor: etrusko, Fuente: CuentoRelatos

    ... acercó al espejo para obedecerla. Una vez pintada salió al saloncito para que Luna le diese su ok.
    
    —Bien, zorra, vente conmigo. Estás deseando que empecemos nuestra fiesta particular.
    
    Al oir esas palabras, Karina volvió a excitarse de forma tan rápida que le pareció que esa mujer parecía tener un botón on/off para calentarla.
    
    —Déjame que te quite la falda. No me excitas, pero en pocas ocasiones tendré la oportunidad de tener entre mis manos una falda tan cara.
    
    Karina se dejó hacer.
    
    Una vez desnuda, y aún con los zapatos de altos tacones puestos, Luna se la quedó mirando absorta.
    
    —Sí que estás buena, puta. Mira que estás empezando a excitarme so guarra. Acércate y quítame el pantalón de mi pijama.
    
    Karina se acercó. Verlas juntas de pie parecía que Luna fuese una niña pequeña dada la diferencia de altura.
    
    —Espera, putita. Un momento. Ponte de rodillas.
    
    Luna salió de la habitación y fue a la terraza. Aún conservaba un collar y la correa de un perro que tuvo hace años. De camino, cogió una botella de Dyc que había sobre un mueble del pequeño salón y tras quitarle el tapón, bebió directamente de la botella un buen trago.
    
    Entró de nuevo en el dormitorio, oliendo a alcohol, sabiendo que ello desagradaba a su perra, y con una risa estúpida y haciéndolo girar sobre su muñeca, mostró el collar de perro para seguidamente colocárselo a Karina alrededor de su cuello. La sumisión de ésta a los caprichos de Luna era total. Parecía drogada, pero no lo estaba. ...
    ... Sencillamente estaba como hipnotizada o embriagada por alguien, y cuando lo pensaba en frío fuera de aquella casa, no llegaba a entenderlo. Por eso, al día siguiente de estar allí siempre se juraba no volver. Pero siempre volvía. Y esa locura duraba ya dos años.
    
    —Bien, ahora sí, quítame el pantalón de mi pijama.
    
    La manos de Karina se fueron a las caderas de Luna para bajarle el pantalón, pero se encontró con una bofetada en la cara.
    
    —No, con las manos de hacer pajas a los hombre, no. Con tu boca de comer coños. Y las bragas también me las quitas con la boca. Puta asquerosa. Ya me estás calentando zorra, así que date prisa. Uff, como siga insultándote tanto lo vas a pasar mal.
    
    Sumisamente Karina, arrodillada, iba bajándole con sus dientes el pantalón, con cuidado de no arañarla. Luna le ayudaba girando sobre sí misma para que pudiese tirar de la trasera del pantalón. Su culo gordo impedía a Karina que lo bajase con facilidad.
    
    Finalmente el pantalón cayó al suelo, y Karina lo tomó con los dientes para arrastrarlo por la habitación hasta que estuviese fuera de las piernas de Luna.
    
    Se disponía a bajarle unas bragas enormes que tenía puestas, pero Luna la paró de un tirón del collar de perro que tenía puesto.
    
    —No, puta, si para el pantalón has tardado, para las bragas podemos estar aquí una semana. Eres una zorra inútil. Ya me las quito yo. ¡Puerca!
    
    Luna se echó sobre la cama y se quitó las bragas. Karina, de rodillas, y junto a la cama, vió manchas amarillas ...
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