1. Nieta de fuego - venganza (parte 2)


    Fecha: 29/11/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... enteró que lo estaba viendo
    
    Estaba tan alterada que me asusté de mí misma y cometer un desmán, salí disparada, sin el menor ruido, cargando toda la bronca y ganas de hacerle pagar esta maldad. Sin saber a dónde ir, me vine a casa de mi abuela, me encontré contigo y.… bueno lo demás ya lo sabes. Pero no te creas que solo fuiste el artífice de mi venganza, también me sirvió de excusa para hacer realidad una fantasía tantas veces jugada en tono de broma a Emilce, tu nieta, solía decirle que eras un deseo que se hacía carne en mi cada noche desde que... – Se detuvo, con algo de miedo de sí misma.
    
    Giselle siempre fue una muchacha precoz, a sus doce años ya tenía unas formas que hacían generar esos “ratones” que caminan el deseo de cualquier hombre, pero por obvios frenos morales tratamos de no ver, pero ella con esa malicia innata de todas las mujeres podía intuir lo que pensaba, cuando la miraba deleitaba mis ojos acariciaba sus formas de sensual mujer en potencia. Seguro ella sabía lo que pensaba por ese tiempo. Continuó relatando:
    
    – Desde esa vez que por “error” me vieron bañar, y ambas se quedaron prendadas de esa visión de adulto desnudo exhibiendo a pleno su masculinidad en plenitud, y desde ahí ella no perdía momento de poder atisbar y espiar para ver si podía pescarme desprevenido y ver algo más.
    
    Que la visión de la desnudez masculina la había shockeado y despertado una sensación que le hacía sentir como millones de hormigas en la entrepierna y obligaba a ...
    ... frotarse para calmar esa ansiedad, esto se le repetía al pensar en esa imagen, también me debe sus inicios sexuales por mano propia. Que su tesón por ver más dio frutos ese mismo año, una tarde de verano que su familia había venido a mi casa de campo para compartir el refrescante placer de la piscina. En la hora de la siesta salió a caminar a la sombra de los árboles, se llegó hasta el cobertizo, alejado de la casa, donde se guardan los elementos de jardinería, escuchó rumor de voces y ruidos extraños.
    
    Espiando sir ser vista, pudo ser testigo oculto y ver como su tía tenía sexo conmigo, verme en todo el desarrollo, y hasta un primerísimo plano de frente cuando salía del sexo de su tía luego de haberme corrido dentro. El tiempo que le duró la visión se frotó a “todo dar”, sentía el calor intenso, la recorría y en ese momento su primer orgasmo la ahogó y la llenó de placer que nunca pudo olvidar, ahora hacía real ese deseo que tantas noches calmó “ajusticiándose por mano propia” con esa imagen como “leiv motiv”.
    
    Con las últimas palabras se colgó de mi cuello y besó con ternura de enamorada, dejando escapar ese amor pasional contenido por años, rompiendo los diques del silencio podía liberar su energía vital y colocarla en el lugar adecuado para pacificar su sentimiento.
    
    Relataba recostada en el sofá, abierta de piernas y las plantas de los pies sobre el asiento, de modo que pudiera tener a la vista, un primer plano del sexo más hermoso, cubierto de suave y laceo vello ...
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