recuerdos
Fecha: 28/05/2020,
Categorías:
Incesto
Tus Relatos
Autor: jac, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... menos mal, y puedes imaginar la realidad de la escena. El final del espectáculo suele ser que el hombre se corre sobre su acompañante y ella se lo bebe con fruición y encantada, chupando el pene para dejarlo totalmente limpio. Cuando acabaron este especial, el saludo que se hace de agradecimiento consiste en que los hombres se chocan los penes mientras besan a la contraria y las mujeres chupan el pene al contrario de su pareja. Muy bonito y agradable. El público gusta mucho de todo ello. Así que este es el motivo del viaje de tu madre, ella habrá disfrutado y mi prima se ha quedado tranquila. Cuando acabó de hablar mi abuela me miró con curiosidad. Yo sonreía imaginando la escena y le dije, que curioso y que bonito.
VI
A las seis, Melissa apareció con un estilo que me dejó de nuevo admirado, llevaba una cinta negra que desde la vagina se abría en uve subiendo por encima de los pezones y bajando por la espalda pasando ente los glúteos a unirse por debajo de la vagina. Esta cinta llevaba un automático de suelta rápida que, al soltarlo, salía despedido al encogerse la elasticidad de la cinta. No cubría nada, pero era lo indicado para animar el pene a crecer.
Mi abuela le hizo una seña y se acercó a mi para ponerme en funcionamiento. Me enseñó donde estaba el cierre de su cinta y cuando me quitó mi taparrabos yo la abrí el cierre que se fue hacia un rincón. Bueno hijo mío, ahora vas a saber lo que es un griego. Hay mujeres a las que no les gusta mucho, pero te aseguro ...
... que si hubiese aquí otro hombre verías el disfrute que supone para la mujer esta posición. Hay un libro llamado Kama Sutra que explica las mil y una forma de posturas para disfrutar. Mi abuela vino hacia nosotros y me ayudo a aprender esta nueva lección. Melissa empezó a calentarme, me besaba me chupaba me ponía sus hermosas tetas de oscuras areolas en mi boca donde notaba la dureza de sus pezones. Fui entrando en línea hasta que estaba listo. Entonces se puso como un perrito y mi abuela metió mi pene en su ano con suavidad, pero con fuerza. Nos movíamos bien y era una sensación increíble de gusto. El roce del trasero de Melissa en mi parte y el azote de los huevos en ella hizo que rápidamente empezase a notar que me iba. Melissa se acariciaba la vagina y ella también estaba a punto, hasta que en un grito de gusto nos corrimos los dos entre movimientos de una fuerza total y manteniendo los gritos de la locura que producía la corrida a la vez. Cuando acabamos Melissa se dio a la vuelta y me beso intensamente en la boca manteniendo mi agitación y la sensación de querer más.
Nuevamente había disfrutado de una forma increíble y me seguía sabiendo a poco, pero necesitaba reponer fuerzas. Cada vez que me corría, era dejar escapar unas enormes energías que necesitaban reponerse.
Durante la cena, Melisa nos dijo que sus hijas habían llegado y al día siguiente vendrán a visitarla. Mi abuela se alegró mucho. Se iban a quedar en la zona donde ella tenía su habitación y me pareció muy ...