En el manantial. - Relatos Eróticos

En el manantial.

... unas gotas de líquido preeyaculatorio que me tragué casi sin saborearlo.
Dos hermosas vergas entrando y saliendo de mi humanidad a través de mis dos cavidades, me hicieron inmensamente feliz. Aunque ya lo había hecho antes, las circunstancias, el lugar y las características de las 2 que entraban y salían suavemente, pero con sobrada energía, hacían de eso lo más rico que había sentido en mucho tiempo y, por supuesto, no quería que terminara. No puedo precisar cuántas arremetidas me dieron, pero vino lo mejor: Elías fue el primero en lanzar un profundo pujido, a la vez que retiré un poco la boca y siguiera un Ahhh!, al mismo tiempo que me soltaba una inmensa cantidad de semen que me llenó la boca y la fui tragando mientras me aventaba los siguientes chorros. Todo lo saboreé plenamente, de sabor dulzón y cacao, espesa consistencia y a temperatura corporal, tomé todo lo que me aventó en 3 abundantes chorros y, además lo que al final le succioné hasta dejarlo seco.
Dicen que no se puede atender totalmente 2 asuntos, pero parece que yo si pude. Mientras uno me estaba surtiendo del riquísimo semen de chocolate, disfrutaba también de las metidas de la verga de Jacinto. Es difícil describir con exactitud la sensación que provoca el miembro curvo, hacia arriba alcanzó a tocar y masajear mi próstata y no sé qué otros órganos de la zona que me hizo lanzar pequeños chorros de orines, lo toqué y constaté que no era ni esperma ni preeyaculatorio, pero me hizo sentir auténticos orgasmos ...

... que me hacían temblar de emoción, o no sé qué. Cuando estaba succionando la de Elías para sacarle el resto de leche que le hubiera quedado, de pronto sentí un empujón y la verga de Jacinto se fue hasta lo más profundo de mi recto que ahora seguramente se había hecho curvo. Dolió un poco, pero nada comparado con la rica sensación de recibir un espléndido chorro de mecos, que me calentó toda la zona donde había estado aquel excelente y curvo pene. Fue una eyaculación tan abundante que luego de disfrutarlo a plenitud, lo sacó trayendo consigo una buena cantidad de ese líquido caliente que escurrió por mis piernas, para proporcionar un plus de placer.
Si lo que sucedió la primera vez con Jacinto y Elías lo hubiera escrito luego de que pasó, indudablemente que los detalles y sensaciones disfrutadas, hubieran sido más precisos y abundantes y al recordarlos los hubiera vivido como si fueran del presente. Aun así, ahora que lo revivo, ya estoy todo mojado, por eso me gusta recordar lo vivido. Quedamos exhaustos y se hacía tarde, así que decidimos regresar. A manera de broma, pero en serio de verdad, les dije que mientras llegaba la continuación, se reponían porque yo quería tanto o más de lo que habían dado ahí, en el manantial de aguas termales. 
Sin haber podido conciliar el sueño, ya avanzada la noche llegaron a mi tienda los dos totalmente desnudos, sólo envueltos en sus cobijas, ambos se acomodaron a cada lado de mí, me acomodé boca arriba y con las manos empecé a acariciar sus ...