1. De cómo me convertí en el prostituto de mi familia, con mi propio tío a mis 17 años aunque fuera un chico hetero


    Fecha: 15/06/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... algunos ofrecimientos que hacerle. Estaba bastante distante conmigo, mi atuendo, a pesar de que si le robaba varias miradas no había tenido el impacto que yo quería. 
    
    Le propuse algunas cosas y todo se negó. La oferta era clara, era mi culo, era tener sexo conmigo o no quería nada.
    Al ya no encontrar más alternativas o excusas, casi derrotado, le dije que aceptaba. No quería perder todos sus regalos y quería seguir recibiendo más cosas. Mi mirada cayó al suelo cuando decidí esto. 
    
    Apenas pude ver la sonrisa burlona de mi tío al escuchar mi respuesta, asegurándome que no me iba a arrepentir y que era algo que a los dos nos beneficiaba. No quise decir nada más que asentar con la cabeza de arriba abajo. No podía creer que mi ambición fuese más grande que mi hombría. ¿ahora qué?, ¿en qué momento me iba a convertir en su puta?
    
    Mi tío se paró y se colocó a un costado de mí. Esto me hizo sudar mucho. Me comentó que sedeaba hacerme suyo ahí mismo pero que estaba ocupado, que volviera pasado mañana y que fuese listo a ser brutalmente desvirginado. La palabra “brutalmente” se quedó grabada en mí y la repetí casi en todo el día. Si no había nada más que hablar, me despedí. 
    
    Antes de irme, mi tío me detuvo agarrándome de las manos. Me dijo que quería una pequeña adelantadita para él. Me acercó a él jalándome con bastante fuerza y yo, casi sin fuerzas en mi actitud de derrota me deje ir. Delante de mí, mi tío comenzó a tomarme de los brazos con sus manos anchas y gordas, ...
    ... recorriéndolos de una manera muy morbosa, la cual, me hacía sentir muy mal. Me giro bruscamente y sus manos rápidamente se bajaron a mi espalda baja y manosearon mis nalgas sobre mis pantalones. Cuando quiso meter mano adentro de ellos, me reitre un poco. Mi tío soltó una leve carcajada y me dijo que todo eso iba a ser suyo. Me ordenó que me retirará y así lo hice. 
    
    Me fui pensando en que ya no había marcha atrás. Pensando en todas las cosas que me iba a poder comprar con todo aquel sacrificio, tratando de convencerme que eso valdría la pena. 
    
    Al otro día, mi tío me escribió diciéndome que, después de desvirginarme, iríamos al banco a tramitar una tarjeta de crédito para mí, que llevará ciertos documentos para agilizar el proceso. Aquello me daba mucha felicidad pero al mismo tiempo me dejaba preocupado. “Brutalmente” seguía resonando en mi cabeza. Fui a renunciar a la pizzería, aunque ya me hubiesen dado de baja por mis faltas. Todos notaban que me pasaba algo, yo solo dije que me sentía cansado y necesitaba unas vacaciones. 
    
    Llegó el esperado día y no queriendo tuve que ir a la casa de mi tío pervertido. Iba bien vestido, como siempre, usando el reloj que me había regalado. El Uber ya se me empezaba a hacer costumbre. Parecía que volaba pues llegamos muy rápido a su casa. El portero ya me conocía y me saludo bastante efusivo. Camine a la casa de mi tío y entré. Mi tío me estaba esperando sin playera y con un short bastante diminuto, que ahora que lo pienso, creo que ...
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