De cómo me convertí en el prostituto de mi familia, con mi propio tío a mis 17 años aunque fuera un chico hetero
Fecha: 15/06/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: LadoSensible.Blogspot.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... aprisionaba mi cuerpo como para sentirlo más cerca. Como que daba un suspiro hondo para sentir mi aroma. Ese no fue un abrazo normal, estoy seguro. Me despedí, fui por mi moto y me fui a la fiesta. La pase muy bien, tomamos varios tragos y me acosté con una chava en un motel de paso a la que le di bien duro por un par de horas.
Llegué a mi casa ya casi en la madrugada y estuve durmiendo hasta como las 2:00 pm. Al despertar tenía el mensaje de mi tío preguntándome si lo acompañaría al siguiente día. Titubeando le dije que sí, que iría a verlo pero si me tenía que pagar el día. Él me dijo que si, que me pagaría el día y me daría muchas cosas más. El domingo no hice más que estar en la casa organizando mis cosas de la escuela, lavando ropa y haciendo un poco de ejercicio y así.
Al día lunes en la mañana sin novedad. La escuela estuvo aburrida. al finalizar le dije a mi tío que ya iba a su casa. Él me dijo que no estaba ahí, que nos viéramos para comer en un restaurante que era bastante caro. Le dije que agradecía su invitación pero que no tenía dinero para pagar eso. Él me dijo que me estaba invitando no cobrando así que fui. Me indicó que ya había una reservación con su nombre para dos personas. Llegué y lo esperé ahí. Llegó como a los 40 min después de que llegué y yo, y al parecer, era un cliente frecuente pues todos los saludaron de una forma muy amable.
Me contó que venía de una junta con el presidente municipal y que habían varios proyectos en lo que iba a ...
... trabajar. También me dijo que pidiese lo que a mí se me antojara para comer. Él pidió varios platillos que ni se cómo pronunciar y yo pedí una que otra cosa para no verme tan ventajoso. Disfrutamos de la comida en una agradable charla, el sujeto era bastante agradable y esta vez lo vi bien vestido y no se veía tan mal. Tenía un traje color azul oscuro, una camisa roja y una corbata que hacia juego con el traje. Su obesidad era notoria, pero, al menos, estaba arreglado para disimularla.
Al terminar de comer me dijo que, si había ido al cine, le dije que no, que ya tenía tiempo que no iba. Me invitó a ir y fuimos. Al parecer eso de dejar grandes cantidades de propina era muy habitual en él. En la plática que habíamos tenido me comentó que no tenía muchos amigos pues mucha gente solo lo buscaba por interés o por conveniencia. Oops, pensé. Que no tenía familia y que era, a veces, bastante feo tener tanto y no tener con quien compartirlo. Ahora entendía mejor por qué quería que yo lo acompañara y cosas así, probablemente quería tener un hijo que le hiciera compañía.
Fuimos a la plaza pero no encontramos ninguna película que fuese de nuestro agrado, por lo que me invitó a recorrer las plazas. En las tiendas a donde entrabamos, notaba que habían cosas que me llamaban la atención. Él me dijo que si quería algo simplemente se lo pidiera. Yo con pena pero a la vez con ambición no sabía cómo reaccionar, no quería verme tan obvio ni desaprovechar aquella oportunidad así que comencé ...