1. El pueblo de los placeres. Parte 1


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... lado de nuevo agarrándole los pechos.
    
    —Vamos nene, cómele los pechos a la Tomasa. Prueba el producto de este pueblo.
    
    Luís se acomodó y los lamió. Ella le trataba con cariño, acariciándole el pelo, cada vez más caliente. Él se centró en disfrutar de esos melones. Sabían dulces y seguían siendo suaves a pesar de la dureza formidable que acababan de ganar sendos pezones.
    
    Luís se levantó y se desnudó deprisa. Tomasa se tumbó y se cogió el pelo con una horquilla mientras Luís se desnudaba. Se bajó las bragas y se abrió de piernas, mostrando su peludo coño.
    
    Luís se masturbó un poco para que se le pusiera más dura. Tomasa se incorporó y le ayudó metiéndosela en la boca y haciéndole una mamada estándar. Estaba demasiado caliente, quería que ese chico la follara cuanto antes, llevaba meses sin sexo, hacía meses que no veía una cara nueva por el pueblo.
    
    Cuando se le puso la polla dura Tomasa volvió a tumbarse boca arriba y se abrió mucho de piernas. Luís se colocó sobre ella y le clavó la punta. Ella le rodeó con sus piernas para que no se escapara.
    
    Cuando la metió, Tomasa se estremeció. Notó un agradable calor húmedo envolviendo su pene. Entró con suma facilidad. Pronto empezó a follar con fuerza. Tomasa resistía las envestidas con gemidos constantes y los ojos casi cerrados. "fóllate a la Tomasa chico de Madrid". "Dale placer a la Tomasa, cabrón.". "vamos, folla puto perro, folla fuerte, así eso es, eso es."
    
    Le mantenía a raya. Sus piernas no le dejaban escapar y ...
    ... ella cada vez pedía más. Solo se le escuchaba a ella exigir cada vez más y gemir.
    
    Al cabo del rato se pudo librar y se incorporó visiblemente excitado y sudoroso. Masturbándose, para no perder el ritmo, se tumbó a su lado y la abrió de piernas. Ella se ladeó hacía el lado contrario y le dejó accesibilidad levantando mucho la pierna que quedaba encima. Luís se enchufó y empezó a follar de nuevo. A penas metía medio pene en esa postura, pero sentía que el capullo rozaba mejor en ese amplio coño. Le quedaban las nalgas a mano, así que las azotó constantemente. Bailonas y coloradas nalgas de Tomasa.
    
    Cuando sentía que iba a correrse se incorporó de nuevo y se puso de pie en la cama. Señaló su boca.
    
    —Quiero correrme ahí —dijo con voz excitada.
    
    —Estos chicos de ciudad, que gustos más raros tenéis. jajajajaja.
    
    Ella abrió la boca y Luis se la metió. Ella cerró los labios, él empezó a meterla y sacarla. Ella le tenía agarrado fuerte por los huevos, como exprimiendo un fruto que estaba a punto de soltar su zumo. Luís sintió mucho dolor, pero le gustaba.
    
    Tuvo una corrida brutal, Tomasa sintió como un flujo pegajoso, caliente y espeso le inundaba la boca. Tragó cuanto pudo, pero no pudo evitar que algo se le cayera por la comisura de sus labios.
    
    Como si no hubiera pasado nada se levantaron y vistieron. Tomasa le dio la morcilla y le despidió en la puerta de su casa. Fuera seguía la constante lluvia fina y era de noche.
    
    —Adiós chico de ciudad. Ya sabes dónde estoy. ...
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