1. El pueblo de los placeres. Parte 1


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CaballeroGris, Fuente: CuentoRelatos

    ... picardía; sin duda se alegraba de que hubiera ido a repetir.
    
    —Hola Luís, pasa chico, que te estás poniendo perdido. ¡Todos repiten con Tomasa!
    
    Luís entró. Antes de dar el último paso de entrada se giró buscando encontrar de nuevo esa misteriosa figura femenina, pero al mirar de nuevo, ya no estaba.
    
    Una vez dentro se quitó la ropa mojada. Y se arrimó a la chispeante chimenea que Tomasa había encendido poco tiempo antes.
    
    —¿A qué se debe el honor de tu visita? —dijo Tomasa, que vestía un camisón largo y grueso.
    
    —Me gustó esa morcilla que me distes. No la tienes en la tienda y he pensado que tal vez pudiera comprarte un buen trozo, si aún te queda.
    
    —Por supuesto que me queda, ven conmigo.
    
    Atravesaron el patio interior y llegaron a una caseta llena de jamones, chorizos, morcillas y demás embutidos y quesos. Luís se quedó maravillado.
    
    —Aquí tienes todo cuanto quieras. Coge, no te cortes.
    
    Luís se fue hacia ella y le metió mano. Le agarró el culo y las tetas. Ella se dejaba hacer sonriente.
    
    —¿uy cómo has venido no chico?
    
    —Quiero un poco más de Tomasa.
    
    —jajajajaja. No hace falta que lo jures cabronazo.
    
    Tras la escandalosa risa y la descomunal voz, dejó caer el camisón, quedándose completamente desnuda. Alta, pechugona, entrada en carnes, y el coño bien peludo. Tremendo cuerpo maduro. Exquisita hembra. Diosa de la serranía.
    
    Luís se desnudó deprisa, estaba ya bien armado. Ella se puso de rodillas y le dio una mamada que a Luís se le antojó ...
    ... excelente. Tras ella, se tumbó sobre una pila de jamones que había en una esquina y se abrió de patas como pudo.
    
    —Ven a casa, Luís. Bienvenido, ven con mami.
    
    Follaron como locos. Retozando sobre la pila de jamones. Sus cuerpos acabaron impregnados de grasa.
    
    Probaron muchas posturas. Luís tuvo la suerte de verla pedir polla a cuatro patas. El inmenso culo se abrió mientras ella mordía una pata de jamón para no chillar de dolor.
    
    Tras la gran follada de los jamones, ella preparó un baño de agua caliente en una amplia bañera. Entraron los dos. Tomasa aprovechó la situación para cabalgar un rato sobre Luís. El agua salpicaba por todos lados tras cada sentada de la Tomasa. Y sus pechos bailaban desordenadamente sobre la cara de Luís, el cual aprovechó para comerlos y lamerlos mientras ella se movía con torpeza por la falta de espacio donde dejar caer sus dos inmensos muslos.
    
    Cuando se despidió, Luis recordó la silueta misteriosa que vio en la casa de enfrente justo antes de entrar a ver a Tomasa.
    
    —Una pregunta. ¿Quién vive ahí? —le preguntó señalándole la casa en cuestión.
    
    —¿Por qué lo preguntas? —Tomasa parecía incómoda.
    
    —Es que antes me pareció ver a alguien mirándome tras la ventana.
    
    —Se llama Alba. Tendrá tu edad la chica. Todos dicen que mató a su madre para quedarse con esa casa. Lo cierto es que ella dice que está en una residencia de Cádiz, pero en el pueblo todos saben que hasta que no la mató no paró. Hay quien dice que escondió su cadáver en un pozo ...
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