1. Mi maestra de Naturales


    Fecha: 17/07/2020, Categorías: Anal Tus Relatos Autor: Queve, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... resbalosa sentía en mi pene en el momento en que se sentaba en mi.
    Su vagina estaba muy apretada,  se notaba que hacía mucho ejercicio porque cuando la tenía toda adentró apretaba sus muslos y sentía como ahorcaba la cabeza de mi pene, al grado de sentir un dolor rico, se llevó mis manos a sus diminutos senos y juntos los masajeamos. Su piel hacía contraste como la mía y nuestros vellos púbicos se frotaban y se enredaban.
    No podía creerlo, estaba follando con la maestra! si mis amigos supieran lo buena que estaba, pero ese secreto lo guardaría sólo para mí!  Comencé a moverme con rapidez abajo de ella y ella gemía y me nombraba, joven Alfredo..... Ahhhhh... Joven Alfredo, yo veía cuando usted se masturbaba mirándome en la clase y eso me puso muy caliente y no dejaba de pensar en usted, esto lo tenemos que saber, sólo usted y yo, nadie más se debe de enterar.
    Maestra, yo me masturbo todos los días pensando en usted! ahhhh ....así!.... gemía.
    Volteése maestra, le dije...
    Me quieres dar de perrito?
    si maestra, respondi!
    Se quitó entonces encima de mí y se hincó sobre el borde de la cama, sus caderas en lo alto y sus rodillas levemente separadas, su espalda arqueada, apoyando el peso de su cuerpo sobre sus codos, yo veía esa escena con lujuria, ella me volteaba a ver por encima de su hombro, mientras sus aretes circulares reflejaban la luz de la lámpara de su buró derecho.
    En su espalda baja, dónde van los jeans, se hacían notar esos hoyuelos que hacen ver a cualquier ...
    ... mujer sexy y antojable, su vagina cubierta de vello negro semirizado, contrastaba con sus labios rosados dejando entre ver ver su interior discretamente, en sus nalgas, crecía bello alrededor de su ano, el cual me llamaba mucho la atención.
    Atraviezame ya!!! Suplicó.
    De pronto, tuve como una especie de revelación,  como si me saliera de mi cuerpo y mirara aquella escena desde afuera, una habitación con todo el toque femenino, su tocador a la derecha de la cama,  donde tenía parte de su maquillaje, sus llaves, una copa de vino vacía y un revistero del otro lado de la cama, con ejemplares de salud dietas y ejercicio, un zapatero con toda clase de zapatos y un perchero de cedro, donde colocaba sus bolsas y mis pants que habían tenido la suerte de aterrizar ahí, el telescopio que utilizó de pretexto para seducirme, apuntando hacia la ventana, una toalla rosa y una morada, una para el cabello y la otra para el cuerpo, persianas rosas en un tono pastel y sobre el edredón floreado que vestía la cama.. estaba ella ... con el culo al aire, separando con su mano derecha una de sus nalgas y yo,  a un metro de ella justo atrás mirándola libidinosamente, con mi pene totalmente erecto, apunto de penetrarla y embonar justo en medio de su cuerpo con el mío.
    Una vez volviendo en mí, la tenía justo enfrente y lo que más me apeteció no fue trabarla, ignorando su súplica, más bien extasiarme con el olor de su trasero, sentir y saber mi cara en lo más íntimo de una mujer, así que tome sus caderas ...
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