1. Perversiones consentidas


    Fecha: 29/07/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... machete, y es por eso que se la lleva su padre porque su mamá no puede cuidarla por su trabajo en la finca.
    
    -Si, estás virgen todavía Sandrita, es un milagro en ese pueblo de mierda.
    
    Tomo mi pene y lo chupo delante de la niña, lo pelo y se lo mostró.
    
    -¿Te gusta este blanco?, ¿es rica la verga no es cierto?, ¿quieres darle un chupo?.
    
    Sandra seguía con la cabeza entre sus brazos dejando ver ese gordo sexo de niña y sus pechos gorditos y fuentes.
    
    -¡Ah, se me olvidaba!, ¿y con el viejo Gregorio, el de la tienda?. Insistió Eufemia.
     
    Volvió a su risita y nos dijo, que el viejo le daba un pedazo de panela por mostrarle la chuchita, un pudin por dejarsela besar y una gaseosa por dejarse sobar por su viejo y aguado pene.
    
    Eufemia río y exclamó: -¡ese hijueputa viejo no se compone!. Lo mismo hacía conmigo.
    
    Llegó la noche y dormimos los tres en dos colchones en el suelo. En la oscuridad Eufemia se desnudó y nos desnudó a nosotros. Y me empezó a besar y sobar a la niña y a mi.
    
    -Ven, besa a Esteban. Y la niña se acostó sobre mi pecho y nos besamos con lengua, estaba habida y se restregaba sobre mi.
    
    -Despacio mujer, aprende a gozar al hombre y que el goce también. Para eso tienen lo que les cuelga para darnos placer y amor.
    
    Yo bese a la niña por todos lados en la oscuridad, sus pechos gorditos y floreciendo, su abdomen y su gorda vulva, su ano ahora más oscuro por la penumbra. Ella empezó a jadear.
    
    -Mira como gozas con mi marido Esteban, te lo estoy ...
    ... prestando para que no estés triste y lo recuerdes siempre.
    
    Yo abrí sus piernas y el calor y babosidas de sus fluidos y mi saliva me indicaron la entrada perfecta de su vulva. Y avance a su entrada con mi largo y delgado pene de ocho años.
    
    Era estrecha su cueva y apretaba mi pene que abría camino a su profundidad, y empecé a moverme rítmicamente primero lento y luego un poco más ágil, y ella empezó con su experiencia a mover sus caderas y embestir desde abajo de sus poderosas nalgas negras.
    
    Así estuvimos un buen rato hasta que sentí por la contracción de su vagina sobre mi pene que recibía sus orgasmos y yo también sentí que me llegaba el mío sin botar nada: fue un acto delicioso que nunca olvide. 
    
    Por esa especie de super potencia que uno tiene en la niñez que parecemos infatigables, Eufemia le dijo ahora que se montara sobre mi sentada, esa pose nunca la había hecho con Mónica, y para siempre quedó entre mis favoritas: la niña trepó y comenzó a cabalgar con brío, ella gozaba sobre mi y sentía que estaba en la profundidad de esa almeja llena de sabor y movimiento, y tuve otra sensación de placer, tocando sus nalgas, pechos como pequeñas canicas, besando su roja boca. 
    
    Nos despertamos y ella junto a mi; Yo era un niño olvidado por sus padres, casi nunca los veía, y mi único sostén de la realidad en medio de mis fantasías era Eufemia noche y día.
    
    Sandra se fue contenta esa tarde, no conoció a Mónica, pero me dijo en el oído que deseaba tener un novio como yo, que ...