1. Perversiones consentidas


    Fecha: 29/07/2020, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... el contacto. Yo miré a Eufemia.
    
    "Mira Mónica, besarle el pajarito como si fuera un chupetin a Esteban."
    
    La niña metió mi pene en su boca y comenzó a chuparlo sin orden: lamia, chupaba, besaba y mordia.
    
    "-Ahora le toca a Estebita". Dice Martha.
    
    La monta Eufemia en la cama de mis papás. Y le coloca una toalla grande debajo. Y le abre las piernas y yo agachado desde el piso comienzo a lamer ese fino chocho que ya tenía muestras de su blanco fluido. Olía a rico, todo de ella era delicioso. Beso su chocho, el pegue blanco sus pierna, sus gordo pubis, me entretengo observando ese lomito que beso y lamo mucho, esa pancita plana y pechitos de nada, su boca rosa y su lengua ágil y su cuello largo y esbelto. Ella suspira y jadea. Llega por detrás de mis nalgas y Marta y Eufemia preparan mi pene y la vulva de la niña para mi penetración. 
    
    Ha debido ser para esas mujeres el colmo de su fantasía, ver copular a dos indefensos infantes de seis años. 
    
    Ya encaminado en la ruta de su vagina bien mojada, lentamente dejó penetrar por la mano de Eufemia al mismo conducto que yo siento, cálido, estrecho y húmedo. Avanzó suavemente, la niña se ha abierto toda, y me abraza por las nalgas para empujar: "suave". Dice Eufemia. Veo como se masturba Martha con su mano. Y penetró hasta encontrar su himen. La niña se queja y jadea más. Y la escuchó decir: "eezzz, me gusta".
    
    Le digo a Eufemia que no pasa más. Dice: está va ha ser tu primera mujer que vas a romper con esa pichota, mi ...
    ... amor". Me da un beso en la espalda. La niña y yo sudamos como locos.
    "Mónica, ya te lo va sacar Esteban?" Dice Marta. La niña dice que no: "-todavía no".
    
    Y en esa distracción me da una pegada Eufemia en mis nalgas: "¡dale más fuerte!". Y es cuando sintiendo el maltrato del estrecho himen sobre mi glande, bajo más la palanca y la penetro toda, y ella pega un gritito de dolor y de placer: Eezz. Eeezz. Aaaayy... Y comienzo a moverme por primera vez dentro de una vajina la apropiada para mis 9 centímetros, provocandome un placer supremo como lo hago sentir a Mónica que reclama más y más sin querer soltar o aflojar mi pichita. Yo siento que me voy a mear y ella se mea sobre mi pene, quedando exhaustos y felices con nuestro primer orgasmo.
    
    Dos veces a la semana Martha traía a escondidas a Mónica para jugar conmigo, eran dos y tres horas de amor y sexo como lo pueden sentir unos niños. Ella se convirtió en el primer amor de mi vida. Éramos como novios o esposos a escondidas pero supervisados por las ardientes y licenciosas de Eugenia y Marta que nos inventaba juegos y poses sexuales cada vez. Nos bañabamos juntos los 4 y me ponían hacerle oral a todas. 
    
    Ya, a los siete años, para mi no había ningún misterio en lo que el hombre hace con una mujer. Una noche Eufemia intentó que la accediera por su ano. Pero eran tan grande y redondas y firmes sus nalgas que no pude alcanzar el esfínter. Y sin perder tiempo, al otro día nos puso a Mónica y a mi hacer un anal. Fue para mi lo más ...
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