1. Matilda, guerrero del espacio (capitulo 22)


    Fecha: 11/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... imperiales, pero no suficiente para enfrentarnos a cuatro. Por fortuna, solo tienen dos fragatas: aprovecharemos la velocidad de las nuestras para que no concentren el fuego sobre el Atlantis. Recuerda, un impacto directo con nuestra batería de protones y sus escudos quedaran fuera de combate.
    
    La flota se puso en marcha para alcanzar la entrada del corredor subespacial. En los 42 transportes, se amontonaban los más de 300.000 soldados del 5.º Ejército Federal, los carros de combate y la artillería autopropulsada, junto con toda la intendencia y la logística para mantener una campaña de esa magnitud.
    
    Nada más salir del vórtice, Didym, hizo virar el Atlantis a estribor, mientras sus fragatas lo hacían a babor. La maniobra desconcertó a los cruceros imperiales, que cuando decidieron reaccionar, el Atlantis ya había dejado fuera de combate a una nave enemiga. Las fragatas, atacaron a las enemigas destruyéndolas rápidamente, después atacaron en grupo, causaron daños apreciables en los cruceros enemigos al dispararles desde corta distancia. La presión federal desplazó la batalla lejos del vórtice, justo a tiempo para que aparecieran los transportes, e iniciaran un descenso de emergencia en la zona nocturna del planeta. Dadas las características de la operación, la Princesa había elegido una zona apartada, lejos de donde previsiblemente habían desembarcado las tropas imperiales.
    
    Cuando los portones de su transporte se abrieron, la Princesa fue la primera en bajar. Miro ...
    ... hacia arriba, a la oscura bóveda estrellada, iluminada por los fogonazos de la batalla que continuaba en la orbita, y aspiró profundamente el inconfundible aroma de su mundo.
    
    —«Zorralla, has cometido un grave error», —pensó con convicción—. «Nadie va a echarme de mi casa».
    
    Miró a su alrededor, y vio a Ramírez, con un operador, organizando los escuadrones para que fueran avanzando. Se acercó a él, y mientras hablaban, un enorme fogonazo iluminó la noche mandoriana. Los dos miraron hacia arriba y luego se miraron a los ojos.
    
    —Las comunicaciones de largo alcance están interrumpidas por el campo de distorsión imperial, —comentó Ramírez, aunque sabía perfectamente que ella ya lo sabía.
    
    En la orbita, Didym, seguía con la batalla. El fogonazo lo produjo un crucero imperial que fue destruido después de un ataque en pinza. El Atlantis logró desactivar sus escudos e inmediatamente las fragatas la dieron con todo lo que tenían. Didym enfiló a continuación a otro crucero, produciéndose un intercambio feroz de disparos que producían enormes destrozos en ambas naves. Mientras tanto las fragatas acosaban al cuarto crucero, que abrió un vórtice y huyó, abandonando la batalla. Cuando las fragatas se unieron a la batalla, los daños en el Atlantis eran gravísimos.
    
    —Orden de evacuación, niveles 1 y 2, ¡Ya!, —ordenó Didym desde el puente destrozado por la batalla.
    
    Instantes después, con dos fragatas intentando proteger al Atlantis, el crucero enemigo estalló en una explosión ...
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