1. Un fornicario suelto en Puebla


    Fecha: 03/08/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Géminiskuri, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... colgada y holgada falda hasta su pecho y dejó a la vista su interior de algodón blanco, que fui bajando lentamente hasta sus tobillos, ella levantó uno a uno los pies y tomó el panti y lo puso entre el envoltorio de falda que sostenía.
    
    Me hinqué ante ella para observar mejor ese chocho cuyos labios superiores le daban un dimensión mayor. Le sobé su bizcochito y ya estaba mojadita. Ella cerró los ojos y suspiró.
    Pensé, que ya estaba lista: ya tendría la oportunidad esa noche de penetrar mi verga anhelante en esa fresca y tierna cuevita.
    
    Acerqué, ahora, mi cara hasta esa abertura vertical que expelia ese olor a progesterona y orine. Y le pasé mi lengua y empecé a chupar ese suave y lampiño bizcochito, ella abrió más sus piernas para poder facilitar mi succión. Ya yo parecía delirar con tan alta sensación de placer.
    
    Me incorporé buscando un lugar en ese muladar de escombros y basuras, y en un rincón pude ver un gran cajón de madera, y hasta allí la llevé y recosté. Abrí sus piernas y seguí dándole lengua a ese fino y limpio manjar que me estaba vendiendo Mary.
    
    Metí mi dedo del medio de mi mano derecha y ella soltaba gemidos y me miraba como avanzaba mi dedo dentro de ella, se lo sacaba y metia delicadamente, ella gemia y se contorcionaba sobre el sucio cajón.
    
    Ya yo estaba super estaciado y con mi verga aún dentro de mi pantalón. Entonces la liberé.
    
    -Ven, chupame ahora tu. 
    
    Y ella, dio un salto del cajón desesperada y se la metió con ansias a su pequeña ...
    ... boca. Parecía que estuviera esperando ese momento. La Metía y la sacaba de una forma deliciosa. Era rico ver como la niña Mary trabajaba bien su boca y su mano sobre mi pene erecto y habido de sexo.
    
    Su dedicación era producirle placer a mi cabeza que casi no cabía en su boca, insistía en chupar como ya lo había aprendido desde antes, y esa inocencia y brusquedad me tenían bien caliente y duro como una viga de hierro.
    
    Ya quería comerme ese bizcochito, entonces la aparte de mi pene y la acomodé nuevamente sobre el cajón y empecé a frotar mi pene sobre su vulva completamente lubricada, se frotaba fácilmente en esa abertura babosa de su chuchita.
    
    Ella al notar mis intenciones. Me dijo:
    
    "-Lo que hemos cuadrado, es para que te lo chupara y tu a mi. No para meter."
    
    -¿Y te la han metido ya?. Pregunté.
    
    "-No, todavía no." Respondió sin vacilar.
    
    -¿Ah. Eres virgen?.
    
    "-¿Por qué me dices eso?".
    
    -Así le dicen a las niñas o mujeres que no se la han metido.
    
    Ella parecía pensar viéndome apoyada en sus codos y sus piernas abiertas, mi pene cada vez más grande y palpitante frente a ella.
    
    -¿Me vas a dejar que te lo meta?
    
    "-¡Cómo crees!"
    
    Me dijo eso sentándose ahora sobre el cajón y apoyando sus pies al suelo. Pero sosteniendo arriba su vestido.
    
    -¿Andale, te doy 20 pesos?.
    
    "-Mmmm". Ella medito un tantito. Y me suplicó que lo hiciera despacito.
    
     -Si, te la voy a meter despacio.
    
    Me puse saliva en mi pene y se la fui metiendo dispacito, estaba bien ...
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