14 – 138, 1961: Mayo - Relatos Eróticos

14 – 138, 1961: Mayo

... sandalias se le salió y se encorvó al ponerla allí vino otro silbido ahora más cercano de intensidad sonora, alzó la mirada dio unos pasos y ya allí lo vio sentado en su caballo, estaba encantada al verlo, brioso y altivo el jinete le sonreía, le estiró la mano para subirla al caballo, así, sintió ese cuerpo sudado, ese olor característico en muchachas de campo sudorosas, las manos estaban temblorosas que se posaban sobre la cintura del jinete, “ahora te llevare a conocer algo” ella apoyó simplemente la cabeza en el pecho, agachó la cara para oler el pelo, “te va a gustar el nuevo lugar adonde vamos”, el caballo inició el lento galope entre la espesura, los matorrales iban creciendo de altura, el movimiento de cabeza del caballo iba agitándose cada vez más, de pronto alzó las coces lentamente lo cual alertó al jinete sujetándola, le iba besando el pelo diciéndole: “es un lugar precioso en donde podemos estar solos tu yo” le seguía besando el pelo y oliéndolo “solos tú y yo… preciosa” estiró el brazo en delante del rostro de Renata  “mira” los ojos se abrieron más ya que se trataba de un grupo de piedras planas sobre el suelo, rodeada de maleza y arena que las delimitaba, arena blanca y suave que al poner los pies con sandalias en ella sentía agradable, tanto así que se apartó de las sandalias para caminar, los pies que tanto le gustaba ver al jinete se posaban en la arena, esos pies de ella que tanto le gustaba besar, el pelo de la muchacha se agitaba al viento, estaban en ...

... parte de la cima de una de las lomas del sector, el jinete la miraba aún montado en el caballo, el camisón puesto se agitaba al viento a la vez su pelo, daba giros sobre las piedras anchas y muy planas como si mano gigante las hubiese tallado, el lugar era acogedor, el jinete se apeó del caballo yendo a amarrarlo, estaba muy alegre y complacido al ver feliz a la descalza muchacha sobre el lugar, corrió a abrazarla sujetándola por detrás diciéndole al oído “¿te gusta el lugar?” ella asintió ante las cosquillas recibidas, la tomó de los hombros “ven quiero mostrarte algo aún más interesante que no has visto” el ceño de la muchacha se frunció, pensó todavía había algo más que esto, “son pocos los que han visto esto” ella abría la maleza “ven, a ver” ella caminaba junto a él, la caminata no fue tan extensa como ella se imaginaba “de niño lo descubrí con otra persona” Renata vio una pequeña entrada de una cueva, “ven” ella obediente entró con recelo, vio que el jinete tomaba una vela con restos de esperma, la encendió y entraron, las manos de ella iban rozando la forma rocosa con que estaba hecha la cueva, “ven, no tengas miedo” le acarició los hombros estimulándola a seguir adelante “ya he estado varias ocasiones aquí” la muchacha se sorprendió que más al fondo había luz, la vela fue apagada, para sorpresa de ella habían pasado la montaña que daba hacia otro lugar donde estaban otras piedras parecidas a la entrada de la cueva con la misma arena “¿te sorprende, verdad?” la muchacha ...