1. 2 - Otra clase de gente


    Fecha: 15/12/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    El tipo que olía a ambientador carraspeó de forma exagerada, ella apartó sus labios de los míos haciéndose la tonta.
    
    ¡Ah! ¿Eres tú? – Tono impersonal.
    
    Veo que vosotros ya habéis empezado la convención pero al revés.
    
    No es para tanto, solo es un beso, un impulso.
    
    Se defendió tontamente, no merecía respuesta alguna.
    
    ¿No me presentas a tu amigo de turno? – Cierta ironía en su tono.
    
    Me miró con un gesto extraño, luego desvió la mirada al tipo, yo no sabía quién era.
    
    No lo sé ni me importa, cuando salgo con tíos nunca les pregunto sus nombres, él tampoco sabe el mío y no metas la pata, esto es privado.
    
    Ahora el sorprendido era yo, el tipo soltó una risita de rata. Reía entre dientes, sucios dientes por cierto.
    
    Vosotras las zorras tenéis una moralidad absoluta, no es que rompáis las reglas, es que no las tenéis.
    
    Fotógrafo te presento al jefe de la división C de negocios fronterizos, no es mi jefe directo pero se le acerca. Tampoco te diré su nombre, no te importa.
    
    El tipo de nuevo se partió de risa, supongo que no vio la estrategia de la cuarentona, pero me gustaba su estilo, ya que situaba a cada uno en su sitio.
    
    El tipo extendió su brazo y nos estrechamos las manos, bueno apreté con ganas debido al premio por sus palabras, casi le rompo los dedos, eran huesudos y además con sudor frío, repugnante su tacto, mis manos ardían.
    
    Cretino, casi me rompes la mano. Y a ti romperá cuando te folle – Se quejó retirando la mano deprisa.
    
    Y se alejó ...
    ... frotándose la mano, era una pobre venganza debido a sus palabras ofensivas. La cuarentona me miró con desdén, no pareció gustarle mi pobre venganza.
    
    Eso era innecesario, ya tienes un enemigo, veremos por donde sale, procura pasar desapercibido y no me jodas mi empleo.
    
    Debes comprender que a ti te puede putear lo que quiera, eres de la casa, a mí no, yo soy un invitado de piedra y el que me busca me encuentra, es mejor atacar primero y con rapidez, esa estrategia no la esperan los cobardes, esos que se escudan en la categoría de puesto de trabajo. Como manos de sebo helado.
    
    Empezamos con mal pie, antes lo habías arreglado un poco, aunque solo me rozaras una teta, pero algo es algo.
    
    Podemos hacer eso que ha dicho ese impresentable, empezar por el final.
    
    Imposible, quiero saber que ocurre conmigo, y ese cabronazo lo sabe, él tiene voz y voto.
    
    Tiró de mi mano arrastrándome hasta la entrada del hotel, tuvo que mostrar la invitación y la credencial de su empresa, yo mi DNI el cual fotocopiaron y me lo devolvieron con identificación de invitado de la empresa, que me tuve que colgar del cuello, la diferencia de colores mostraba quienes eran los invitados de piedra.
    
    Pidió habitación, mostró su tarjeta súper oro de la empresa, su firma fue una clave, y me hizo una señal con la cabeza, que la siguiera. En el ascensor guardamos silencio debido al botones, cotilla por naturaleza, pude adivinar su pensamiento.
    
    La habitación era genial, buena temperatura, aparté una ...
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