El callejón - Relatos Eróticos

El callejón

... mano suave, delicada, toca mi erección por encima del boxer pero con la mayor prisa posible decide mejor meter la mano, dándome a entender que solo estorbaba, cuando su cálida mano toca mi pene, mi cuerpo sin yo darle alguna orden hace una pequeña arcada, y ella piensa que es por el frío, a lo que solo la escucho decir " mmm, habrá que calentar muy bien esta zona, no queremos que el frío arruine el momento" y sin titubear ella comienza a mover su mano con lentitud pero con mucha firmeza, casi sentía que me explotaría, pero curiosamente no fue asi, aparentemente a mi miembro le gustaba pues notaba como se sentía aún más duro, la situación aumento de nivel cuando siento algo líquido y húmedo, pero no era agua, era la saliva de ella que había dejado caer sobre mi, sobre sus manos, provocando en mi que el placer que me invadía se aumentara, me dominará por completo, mi cabeza estaba totalmente recargada en la pared, empezaba a jadear, mi boca estaba totalmente abierta, su mano era suave pero no entendía como algo tan suave podía sostener con tal firmeza mi pene, moviendolo de arriba abajo, por momentos lento y en otras ocasiones rápido, casi como si jugará a subir y bajar la velocidad, mi pelvis lentamente se levantaba por momentos, era algo que no entendía porque pasaba, mis jadeos eran ahora más constantes, a la par de su movimiento de mano, notaba como ella jadeaba muy levemente, el movimiento empezaba a cansaría un ...

... poco, y su susurro vuelve a mi como un total líder da una orden a mí oído y yo completamente dominado la cumpliría " ahora compañero me vas a regalar todo eso que te has guardado por tanto tiempo" mis labios comienzan a esconderse entre ellos mismos y mis dientes, mis dedos se entrelazan dentro de mis zapatos, mis manos quieren sostener a como de lugar el suelo, mi cuerpo se eleva lentamente y mi pelvis se contrae al mismo tiempo y al final, solo dejo salir un quejido más, uno que no había echo jamás en mi vida, uno largo, uno firme uno que daba a entender que todo lo que estaba dentro de mi salió, fue expulsado de mi gracias a mi compañera, que con su mano había logrado y echo sentirme lo que jamás en mi vida había podido sentir, mi jadeo se transformó en pequeños jadeos que iban acompañados de un latir de corazón desenfrenado, mi respiración poco a poco empezaba a regularse, mi corazón empezaba a estabilizarse, sentía como mi cuerpo entero se encogía, me hacía pequeño, casi bolita ahí mismo, cuando por fin siento que mi cuerpo vuelve un poco en si, decido abrir mis ojos lenta y suavemente, miro como mi pene está aún goteando pero a la vez descansando, volviendo a su normalidad, sintiendo como todo de mi se relaja como nunca y como las gotas en el suelo se consumen, levanto poco a poco mi mirada, nadie estaba junto a mi, no había nada más que yo, un pene de fuera y un pequeño charco de semen consumiendose en el suelo.