Las tormentas
Fecha: 18/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... tomando una nueva copa, nos hemos vuelto a besar, a tocar, buscando motivos para una nueva excitación, para follar. Tardo muy poco en volverme a poner con la polla tiesa y dura, como corresponde ante una hembra como esta.
Se ha situado boca arriba en la cama, me he puesto encima y se la he metido para inmediatamente comenzar a follar, durante apenas un par de minutos, lentamente, sin prisas, después he empezado a empujar con ritmo rápido y profundo, intentando llegar lo más dentro posible, acompañado de los quejidos y gemidos de la hembra, quien se mueve adelante y atrás acompasando su ritmo al mío, también empujando, agarrándome con sus dos manos del culo, apretando hacia abajo, para que siga bien dentro de ese coño empapado, caliente, suave, palpitante, apretado, acogedor. El sonido dechop-chop que produce mi polla con sus abundantísimos jugos sexuales —debe ser cosa de familia— y el chocar de mis muslos con los suyos es un añadido importante a la excitación que tengo. Desde hace un poco está masajeándose el clítoris sin pausa, con tres o cuatro dedos, buscando su orgasmo, que le llega antes que a mí, de manera callada, sin apenas cambiar el ritmo de su respiración, durante muchos segundos que coinciden con los movimientos incontrolados de las paredes de su vagina, dándome pellizquitos, apretando con variada intensidad, de manera tal que no puedo aguantar más y me corro lanzando unos cuantos chorros de semen, dentro de su chocho, sin preocuparme de si debo o no hacerlo. ...
... Ha sido fabuloso, ¡qué gusto!
Quedamos dormidos en la cama.
El sonido del timbre del teléfono nos despierta, descuelgo el auricular y medio dormido como estoy, sin ni siquiera saber qué hora es, no sé qué contestar cuando oigo a Berta decirme al otro lado del hilo telefónico:
—¿Ya habéis estado follando o tú no te has atrevido?
Quedo bloqueado, no digo nada y sólo soy capaz de reaccionar cuando Maribel se echa a reír a mi lado y pregunta:
—¿Es Berta?, por el manos libres
—Hola, hermana, qué suerte tienes, vaya polla te comes cuando te apetece
—Ya te lo había dicho, espero que te haya dado placer, porque seguro que él no se lo ha pensado con una tía buena como tú. Disfruta, Ángel, que no todos tienen tu suerte
Durante pocos minutos más seguimos hablando los tres, me tranquilizo interiormente al saber que ambas hermanas habían preparado mi follada con Maribel y nos despedimos hasta un par de días después. Por un momento me había acojonado de muy mala manera. Quiero a Berta, pero me pierde follarme a una tía que me guste.
No como todos los días en el Instituto, ni mucho menos. No queda más remedio que relajarse y desconectar, por lo que la hora de la comida es un buen momento para ello. Cerca hay un conocido restaurante autoservicio de ambiente juvenil, moderno, en donde en temporada de nieve siempre hay gran cantidad de forasteros que suben a las cercanas pistas a esquiar, y fuera de temporada van senderistas, excursionistas y todo tipo de amantes de ...