1. Follado en la playa de Lazareto de La Coruña.


    Fecha: 30/10/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... mordía mi hombro o lamía mis orejas, sin dejar de gritar y gemir mientras me sodomizaba allí sobre aquellas ruinas, teniéndome en pelota picada, pudiendo ser visto por cualquiera que pasara por allí.
    
       Además de los gemidos y gritos, se podía escuchar el golpeteo de su pelvis chocando con mi culo, cada vez que me culeaba introduciendo su polla en mí, plof, plof plof plof, plof, plof plof plof.
    
       La verdad es que en aquellos momentos no me importaba nada el que pudieran verme como me estaban dando por el culo, en esos momentos estaba gozando mientras era sodomizado, y por nada del mundo quería que parara de culearme. Veía como mi polla se bamboleaba con cada embestida que me daba, soltando sin parar gotas de semen.
    
       Aquello era digno de grabar, pudiéndolo ver luego como estaba gozando mientras me daban por el culo. Hubiera sido un bonito recuerdo.
    
       Ya los 2 estábamos sudando como carneros, cuando empezó a anunciar que se corría.
       Ya, ya me vengo, ya me vengo, ya te voy a embarazar maricón, ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba soltando varios trallazos de leche dentro de mi culo.
     
       El cabronazo me había dado unas ...
    ... embestidas tan pero que tan profundas que me hizo poner de puntillas. notaba como su polla se hinchaba en mi interior, empezando a soltar chorros de esperma, eyaculando en lo más profundo de mis entrañas.
    
       Cuando terminó de eyacular y fue recuperando la respiración, quedándose pegado a mí, mordía mi cuello mientras me decía que ya me había embarazado, mmm, que rico maricón, que follada más rica, ahora ya llevas mi semilla en tu barriguita, ya te he dejado embarazado, mmm, decía frotándome la barriga con su mano.
    
       Yo que no paraba de sudar, estaba temblando de tanto gusto que todavía estaba sintiendo. Sin soltarme llevó su mano a mi polla empezando a menearla. No hizo falta que la meneara mucho a los 10 segundos, empecé a eyacular sobre el suelo de aquellas ruinas.
    
       ¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía empezando a soltar varios trallazos de leche, mientras las piernas se me doblaban y no paraba de temblar.
    
       Una vez ambos nos recuperamos, nos vestimos y ahora sí, ahora íbamos los 2, pero de vuelta para la playa cogiendo el camino correcto para nuestras casas.
    
       Podéis contactarme o escribir a:
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