LOS AÑOS NO PASAN SOLOS; MEJOR BIEN ACOMPAÑADO - Relatos Eróticos

LOS AÑOS NO PASAN SOLOS; MEJOR BIEN ACOMPAÑADO

... magníficas tetas, que se bamboleaban gloriosas desde su busto. Tuvo otro orgasmo. 
Me puse muy contento. Sentí que gozaba. Y yo seguía aguantando. Le pedí que se diera vuelta nuevamente y me senté suavemente sobre su pecho, sin hacer demasiada presión. Aguantándome con las rodillas…, Emi supo lo que quería…
Sin dudar abrió su boquita, ofreciéndome la caricia de sus labios en la pija. Se la metí hasta donde pude.
-Nooo…, no demasiado, sino me va a dar arcadas. De a poco…
Le hice caso. 
–Mmmmmm… - la lamió toda, desde el glande hasta la base del tronco, la lamió, se la sacó de la boca y me chupó los huevos, luego me la volvió a mamar.-Mmmmmmm… mmmmmmmmm…
Entraba y salía suavemente mientras sentía sus labios y su lengua con maravillosa calidez y humedad. Perdoná si repito demasiado adjetivos de admiración; es lo que me ofrecía! Sentí que faltaba poco… Me dejaría acabarle en la boca, no dijo nada en contrario…
No iba a insistir si ella se oponía, quería que se sintiera cómoda y respetada, como ella quisiera. Seguí hasta el final…, y el final vino pronto…
-Ahhhhh… YA VA!!!! – Y sácate, con la pija media adentro y media afuera descargué el semen…, que se yo… así! Algo quedó en su boca y algo se derramó por las comisuras, sobre su cuello y sus ...

... tetas.
-¡Qué bueno papito, me gustó mucho!
-¡Buenísimo!
Quedé agitadísimo, por el placer y la gloria. Emi sonrió de oreja a oreja, con el semen chorreando por su cara. Me agarró del cuello y me tiró hacia sí, para besarme con la boca llena de semen. Nunca lo había probado de esa manera. A veces había pasado la lengua sobre mi mano en alguna paja, pero nunca de esa manera. Era algo suave, medio dulzón, parece crema para la piel, cosa que Emi aprovechó para pasársela por toda la cara.
-Es como cremita de bebé.
-Por favor nena, poneme tus piernas de collar.
	Emi se acostó de espaldas. Me arrodillé frente a ella. Con sus piernas en mi cuello, admiré la maravillosa perfección de su concha. Acaricié sus tetas antes de deslizarme por los rosados y húmedos labios. Acaricié los pliegues de su ingle.
-Hay, me hacés cosquillas, loco! –Emi largó la carcajada.
	Lancé la lengua hacia el clítoris, lo acaricié y mordisqueé con mis labios. Emi comenzó a temblar.
-Hay, hay, hay… me matás… que lindo!
	Sacudió todo el cuerpo y lanzó una maravillosa catarata de flujo. Ya sé, tendré que buscar sinónimos de “maravilloso”! Sé que tendré acidez, eso me pasa, pero que importa, la chupé con delectación. ¡Estábamos en el éxtasis!
Me tiré a su lado y entre caricias nos dormimos.