1. La abuelita.


    Fecha: 12/12/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... a la zona dañada. Yo estaba encantado con el cálido masaje y, por lo visto, ella también disfrutaba pasar sus manos por sobre mi joven y suave piel. La excitación no tardó en llegar y cuando me hizo girar, mi verga estaba bien parada y goteando líquido pre eyaculatorio. En cuanto empezó a sobármelo con una mano, luego de haberse quitado el exceso de aceite, cerré los ojos y se vino la primera convulsión cuando sentí que se lo metía a la boca e inició el sube y baja, que me provocó una deliciosa sensación cuando sentí que apretaba suavemente con la encía, pues se había quitado las dentaduras.
    A mis 15 años de edad, mi capacidad sexual estaba al máximo y con esa sensación de ser mordido y succionado por esa boca tan caliente y húmeda, en menos que se los cuento, mis mecos se vinieron afuera, lancé un potente chorro dentro de su boca y sentí como apretaba para tragarlo. De ahí se vinieron varios chorros más, acompañados por arremetidas que daba tratando de que mi caliente y robusta verga se metiera hasta muy adentro de tan rico orificio bucal. La viejita no paraba el mete y saca de su boca y en cada sacada, apretaba para exprimir todo el semen que había a lo largo de la uretra para ingerirlo todo. Así pasó un buen rato luego de haberle echado el último chorro, hasta que, muy a mi pesar, la erección fue bajando hasta decrecer la mitad. Aún así, la anciana siguió con su labor otro rato más. Cuando se lo sacó, me expreso su gusto por lo que había acabado de tomar, alagando sus ...
    ... saborcillos a sal y agridulce, 3 sabores en un solo y cremoso líquido. 
    Luego me habría de platicar que le gustaba mucho tomarlo porque sentía que le hacía bien en su físico y la mantenía fuerte y sana siempre. Desde muy joven se lo habían hecho, le gustó y lo consumió con más interés cuando constató sentirse bien, poco se enfermaba y ya casada, no resentía mucho el hambre por sus limitaciones económicas, la leche de su marido la nutría lo suficiente, incluso se tomaba su propia leche cuando lactaba a su único hijo o cuando fue nodriza de varios niños. Me decía que todo lo que ha sido ella, es por el semen que ha tomado y que ha recibido por el trasero. Me confesó que Chinto no era su nieto de sangre, que su hijo se casó cuando la mujer ya estaba embarazada y él lo adoptó como suyo. A los 10 años murió su madre, su papá se fue al norte y doña Pachita, entonces ya viuda y de 60 años, se encargó de él. Con el tiempo, también me platicó que cuando Chinto se fue a vivir con ella, su casa era de un solo cuarto grande que servía de todo, cocina, comedor y dormitorio donde, en una sola cama matrimonial, dormían los 2 y algo más me dijo:
    Que desde que se trajo al niño, a pesar de que durante toda su vida había sido muy activa, ella se abstuvo de sexo, lo hacía muy poco y sentía que eso le estaba afectando en lo físico y mental, le hacía falta tomar el nutritivo semen y sentir que la penetraban. Cuando él tenía 14 años, ella sentía como se le paraba el pene y tenía eyaculaciones ...