1. La abuelita.


    Fecha: 12/12/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... nocturnas. Pensó que era tiempo de que durmieran separados y compró otra cama individual para el niño y las separó con una sábana, pero continuamente él se pasaba a su cama y amanecían durmiendo juntos. Ella decía que se inquietaba porque el niño dormido, se acercaba a su cuerpo y sentía cómo se le paraba y hacía movimientos hasta eyacular estando dormido y con la abstinencia que tenía, sus deseos sexuales crecían a grandes pasos. Así se aguantó durante 2 años, hasta que su misma necesidad y aquello muy a la mano, venció su voluntad.
    Me contó que una noche de esas, cuando sintió los piquetes de la dura verga de Chinto, se acomodó para que su boca quedara justamente enfrente de aquel rígido ejemplar y sin pensarlo mucho, se lo metió a la boca y lo aprisionó con las encías para hacerle los movimientos propios de una ordeña que se combinaron con las convulsiones del muchacho. Aquellos movimientos no tardaron mucho en surtir su efecto, me siguió contando la señora, que sintió que su boca se llenaba, como si la verga de Chinto se hinchara y al instante convulsionó para lanzar un torrente que le invadió toda la boca, obligándola a tragarlo casi todo de un solo buche, para luego captar un nuevo chorro que ahora si pudo deleitarse con el sabor a sal y dulce, de su consistencia cremosa y de su calidez, como si estuviera tomando un espeso y caliente café con leche. Agregó que la sensación fue muy intensa, tanto que el Chinto se despertó y se hizo consciente de lo que había sucedido y ...
    ... estaba sucediendo realmente y, además, le complació mucho que no hubiera sido un sueño. Y la abuela concluyó que, apretando con las encías, le exprimió hasta la última gota de la rica y nutritiva leche de Chinto, a quien llenó de una total satisfacción, tanto que a partir de ese día, se convirtieron en amantes. Que Chinto, ahora mayor de 30 años y ya sabiendo que no hay parentesco sanguíneo, no tiene interés alguno por buscar a una mujer con quien casarse, dijo que en el tema del sexo, hasta la fecha han estado bien complacidos porque lo han hecho de todas las formas y posiciones que se les ocurre.
    Durante más de 3 semanas me estuvo “curando” del golpe de mi caída, me estuvo sacando la leche que mi joven cuerpo producía en abundancia, de todas las formas y posiciones que a ella se le ocurría: Por la boca, por la vagina, por el ano, con la mano. Todas las opciones las manejaba con maestría y sobre todo, mordiendo sin los dientes que era mi preferida, seguramente ya antes practicadas con el Chinto. Todas sus partes tenían su especial particularidad hasta la fecha nunca vista en otra mujer: Los labios internos de la vulva se salían de su posición interna cuando le sacaba la verga y se volvía a meter cuando arremetía, lo cual me daba una sensación de que su suave consistencia, su jugosa lubricación y lo caliente, me lo acariciaba, sobre todo cuando se lo sacaba toda y la volvía a meter. Su ano tenía algo parecido, según me dijo, al sanar un padecimiento de hemorroides, le había ...