1. La abuelita.


    Fecha: 12/12/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... quedado un exceso de tejido del esfínter interno que le quedaba expuesto, aparentando ser pétalos de una flor, de suave consistencia y bien lubricados, daban una sensación similar a la de su vulva. Con sus arrugadas manos siempre calientes, impregnadas de un delgado aceite de almendras o de oliva y con expertos movimientos de masaje, me daban las más excitantes masturbadas que jamás he vuelto a sentir. Luego de “aliviarme”, se complicó reunirnos, ya por el trabajo, ya por seguridad, tuvimos que suspender las sesiones y al terminar el verano, tuve que regresar a la ciudad para continuar con mis estudios. Al año siguiente deseaba que el caballo me volviera a tumbar para disfrutar del sabroso y reconfortable tratamiento que la viejita me había dado, pero no se pudo, de vez en cuando me tocaba hacerla de gordero y ella me entregaba la comida para el Chinto, pero ya no la pude convencer para que volviéramos a darnos el gusto que nos habíamos dado el año anterior. Al fin entendí su prudencia y que lo que necesitaba ya lo tenía seguro, constante y lleno de placer con el Chinto y que es mejor no buscarle más pies al gato. 
    3 años después, murió don Roque. Por obvias razones resentí mucho su partida, además de eso que ya les platiqué, me afectó en que en el verano ya no tenía trabajo y de pilón, le perdí la pista a doña Pachita, ya no había pretexto para verla de pasada cuando me entregaba “las gordas” (la comida) para el Chinto. Al siguiente verano me encontré que hacía apenas unas 2 semanas, la doña también se había ido. Me lo dijo el Chinto que desde que la señora murió, no había dejado de tomar. Me lo encontré en el fut-bol “hasta las manitas”, bien borracho y con una cerveza a medio tomar en la mano. Me platicó lo mucho que le faltaba su abuelita y que también quería morirse…
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