1. Cactus


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Control mental, Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... en los que está verdaderamente borde y antipática con todo el mundo— amable y tremendamente relajada, concentrada en su trabajo. No le pasa desapercibido a Marta, quien le suelta alguna puyita que queda sin contestar salvo por algún gesto sonriente y a mí me señala con el dedo para decirme en plan confidencial:
    
    —Anoche no moviste el coche, has venido andando y sonriente, sin afeitar, con la misma ropa. Has dormido cerca de la oficina, está claro, y a lo que parece te comportaste bastante bien, dejando satisfecha a una persona de por aquí
    
    Nada contesto, sonrío, me enfrasco en el trabajo y poco después me sirvo un café con leche de la cafetera de cápsulas comunitaria, endulzándolo con miel. Anda que el capricho que tengo con la miel...
    
    A la hora de comer —la mayoría de los compañeros solemos ir a un mesón cercano en donde se come bien y a buen precio— me quedo esperando los resultados de unas correcciones que probablemente ya sean definitivas y Marta se queda acompañándome, hablando conmigo. Estamos solos.
    
    —Me dais un poco de envidia, jóvenes sin ataduras que lo pasan bien,a mí se me pasó el arroz casi sin darme cuenta
    
    —Ni que tú fueras una vieja. Ya sé que no llevas vida de monja de clausura y que eres tremendamente discreta, pero no ligas más porque no quieres. Recuerda el dicho: se puede pasar el arroz pero no el conejo
    
    Sonríe y hace un gesto con las manos como si le estuviera diciendo tonterías.
    
    —Anda, anda. ¿Acaso te acostarías conmigo pudiendo hacerlo ...
    ... con Lombi o con tantas otras que te vienen con las bragas en la mano?
    
    Cojo su mano derecha, le doy un amistoso cariñoso beso —igual que tantas veces— y manteniendo su mano en la mía pienso, y probablemente también lo diga en voz muy baja:ahora mismo quiero follar contigo, Marta, te tengo cariño y me pareces una mujer sexy, me gustas, me excitas, me la pones dura
    
    Marta se levanta, no dice nada, me lleva de la mano hasta el ascensor, bajamos a la planta baja, a la zona de almacén, en donde se dirige hasta un cuartito que abre con su llave. Entramos, cierra, echa la persiana de un alto ventanal que da a la calle y se vuelve hacia mí sin decir aún nada. Nos besamos en la boca con pasión, guarramente, enlazando nuestras lenguas, recorriéndonos toda la boca, abriendo y cerrando los labios, abrazándonos, poniendo mis manos en su culo y espalda y haciendo ella lo mismo.
    
    Nos separamos un poco, aunque seguimos cogidos de las manos, mirándonos a los ojos, rompo el impasse diciéndole:quiero ver tu cuerpo, fíjate como me has puesto
    
    Con su mano derecha agarra y palpa por encima del pantalón mi polla erecta, crecida, tiesa y dura. Tras darle una docena de caricias y apretones, sonríe y empieza a desabrochar la camisa blanca que lleva puesta, mirándome a los ojos. El sujetador negro es de cazuela tipobalconette, levantando, apretando y descubriéndolo casi todo, así que tengo la visión de dos tetas de buen tamaño, redondeadas, juntas, con canalillo profundo.
    
    —Quítatelo, me las ...
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