Al final se lo dije.
Fecha: 18/12/2020,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... penetración fue generosa. Pegada contra mí se sacudía sin darme tiempo a bombear siquiera. ¡Estaba más caliente que yo!
-¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhhhhhhhh!
Sus gemidos de placer me mataban y antes que me diera cuenta, sus sacudidas me indicaron que estaba acabando. No quise meter la pata y conservé un poco de conciencia.
-¡Oh, mi amor! ¡Tengo muchas ganas! ¿Puedo? ¿No hay peligro?
-Para nada soncito, para nada, uso DIU, y anda muy bien.
Bueno, hay va. Y le di con todo. Leo me tenía aprisionado con sus piernas, y la acabada fue genial, junto a un nuevo orgasmo de ella, que me besaba como en un infierno. Quedamos exhaustos, tirados y felices. Entonces ella mostró su clase. Me pajeaba suavemente, como luego lo hizo muchas veces, para darme ánimo a seguir, sin apuro… y a los 10 minutos la tenía montada, con sus maravillosas tetas sobre mi cara y mi pija en su concha. Cabalgaba como Jane Calamity, y en 10 minutos debe haber acabado 3 o 4 veces. Estaba más caliente que yo. Fue el nirvana total…
En verdad nunca imaginé que Leo organizara semejante juego, hasta ese día, cuando le dije lo de las tetas de su cuñada. Cuando la vi tan entusiasmada, comprendí que no era tan inocente como yo creía, ...
... aunque no me arrepiento de haber sido delicado y que fuera ella la que luego de 4 años viniera hacia mí. Me hacía sentirme tranquilo y sin complejo. En ningún momento usé una posición de privilegio. Tal vez a otros no le importa pero a mí sí. Me sentía tranquilo y satisfecho, y con ganas de gozar de todas maneras.
Si Eli seguía mamando así, me iba hacer acabar, y por más que me gustara sentirla en su boca, quería tener suficiente fuerza para cuando participara Leo.
-¡Bueno…, bueno, bueno, no se apuren tanto que yo quiero jugar! –Leo estaba atenta desde la cocina.
-¡Sííí…, vení ya! – Eli quería que Leo también sea parte del jueguito. Me parece muy bien, al final ella es la que facilitó todo.
Me acosté boca arriba, bien dispuesto a recibir a cualquiera de ellas. Eli se apresuró a sentarse arriba y clavársela.
-Haceme lugar. – Leo se había desnudado. La había visto muchas veces pero no dejaba de encantarme su belleza.
-Vení, subite sobre mi cara, no vamos a desperdiciar nada.
Mientras Eli me cabalgaba, yo lamía la concha de Leo. Me parecía más sabrosa que nunca, tal vez por tener estímulo doble. Dale que te dale. Eli y Leo prácticamente acabaron juntas, una sobre mi pija y la otra sobre mi boca.