Unas vacaciones con mi madre - Relatos Eróticos

Unas vacaciones con mi madre

... buena opción para acabar, pero de eso de voy a ocupar yo.

Volví al ataque y lentamente la introduje del todo. Nuestras caras estaban a pocos milímetros y sentía su respiración en mis labios. Todo estaba en silencio y solo se oyeron algunos gemidos ahogados que provenían de su interior.

Nuestras respiraciones salían de nuestras bocas con cada movimiento y chocaban en el aire. No perdíamos la vista de los ojos del otro, ella miraba mis ojos, y yo los suyos. Éramos como dos amantes la primera vez que lo hacían, con sentimiento y delicadeza.

Con los movimientos lentos, no me acercaba a correrme y después de bastante tiempo en la misma posición le pedí cambiar. Me puso a perrito y desde atrás me chupó los huevos. Los absorbió y le dio chupetones, escupió en ellos y la saliva se deslizaba hasta quedar colgando y finalmente caer sobre la cama. Hizo algo que nunca pensé que me gustaría y tampoco me lo esperaba, me separó las nalgas y me comió el culo igual que se lo hice yo cuando me lo pidió. Sentía su lengua haciendo círculos alrededor del ano, escupía y pasaba su dedo desde los huevos hasta el comienzo de mi espalda. Repitió el movimiento una vez más y cuando lo dio por concluido, se lanzó y metió su lengua en mi ano. Un mete saca con la lengua que me llevaba al cielo. De vez en cuando miraba por debajo y podía ver mi rabo colgando con un hilo de babas que llegaba a un pequeño charco encima de la cama y las tetazas de mi madre balanceándose con los movimientos que hacía ...

... con la cabeza de esa maravillosa penetrada oral.

Cuando metía su lengua todo lo que podía y agarrandome de las nalgas hacia afuera, me salían gemidos sin querer y escuchaba la risa de mi madre. Dio unas últimas lamidas y con su dedo me penetró lentamente. Tengo que reconocer que me encantó a pesar de ser heterosexual, pero no me importó lo más mínimo y además le pedí inconscientemente más.

Me estaba follando por el culo con los dedos, cada vez más rápido y sentí otro dedo. Tenía dos dedos dentro y seguía gimiendo por más, y como se lo pedía mi madre lo hacía. Un dedo más entró y lo disfrutaba tanto que mi madre seguía follandome.

Después de un buen rato dándome por detrás, mi madre paró, me acercó los dedos que había metido y yo los chupé.

-Qué guarrillo eres!! Te gusta más que te follen, que follar tú.

Yo no le hice caso a su comentario porque seguía chupando y saboreando la mezcla de las babas de mi madre con el sabor de mi culo recién follado.
Me quitó los dedos de la boca y con la mano abierta me azotó las nalgas fuerte.

-Acuéstate, que te voy a follar como nadie lo hará nunca!! - dijo como con rabia y mucho morbo.

Me tumbé boca arriba y ella con las manos recogió un poco de la saliva de la cama y me la restregó por todo el pene para lubricar. Se montó sobre mí como si fuera un caballo, apoyando las manos llenas de babas sobre mí pecho. Metió mi polla en su coño hasta lo más profundo.

-Te voy a sacar todo lo que tengas, y le vas a llenar el coño a ...