Sexo con mi marido
Fecha: 30/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Estela Barilla, Fuente: CuentoRelatos
... como ya dije tengo de todo; por supuesto lo que eligiera iba a ser negro, mi color largamente favorito. Al fin me decidí y me puse cuero: primero, una superfinísima pollera de cuero negra, acampanada, con cinturón de cuero negro con detalles y hasta la rodilla. Y después, una elegante campera de cuero negra liviana, con bolsillos amplios, hombreras y estampados en negro; todo el cuero, por supuesto, de vaca. Y para completar mi vestimenta supersexy, unos divinos tacos aguja de charol negros. Ya estaba vestida; ahora, venía la otra parte genial, la bijou, los accesorios y la pintura, de la que me iba a poner todo lo que había en mi cuarto...
Primero peiné mi cabello rojo fuerte enrulado, con mucho bolumen y un exquisito aroma a champú y crema de enjuague. Luego abrí el cajón de mi toilette, saqué el joyero y me puse todo: mis aretes grandotes que se me notaban a pesar del mucho pelo rojo, una gargantilla de oro y dos collares de perlas, y un finísimo prendedorcito dorado en mi campera de cuero. Las pulseras de perlas las saqué también, claro, pero las guardé en la cartera igual que la cremita chiquita Hinds porque pensaba ponerme mis guantes negros de cuero para excitar aún más a mi marido. A todo esto, ya eran las 20 y había terminado el partido, así que Ernesto se fue nomás a bañar en el baño de abajo y prepararse en el cuartitto de allí, el de invitados.
Volviendo a mí, antes de los guantes agarré la finísima cartera de cuero, también negra y de vaca, de donde saqué ...
... la carterita negra de cuero con mis cosméticos y el potecito de crema de la cara. Y al maquillaje: primero, la cremita blanquita en la cara para que se me notara más el maquillaje, con un aroma muy rico. Luego, el brillito para la cara, para que quedara brillosa aparte de blanca. Y luego sí, la pintura: cejas bien delineadas y espesas, los ojos con sombra marrón con brillito y el rimmel en las pestañas. Luego mi amado rubor, uno bien subido de tono, bien rojizo para tener la cara bien colorada como a mí me gusta. Y lo mejor: muy maquillada, con mucha pintura en la cara, me pase mi lápiz de labios rojo con brillito por la boca, con un aroma a frutilla superfuerte. Y me pinté mis larguísimas y superprolijas uñas de rojo, también con brillo. Esperé que se me secaran. Y ya estaba lista, sólo faltaba preparar mi cartera. Guardé la cremita de las manos, la de la cara, la pintura, el joyero y acomodé todo lo demás: jabón de tocador, peine, lubricantes, crema íntima femenina y masculina, preservativos, pastillas para la potencia sexual, pastillas mías anticonceptivas por si mi marido no quería preservativo, un inhalador con polvillo excitante, más una cuchara sopera por si quería ingerirlo, una bolsa con cuatro bombachas eróticas, dos normales y dos corpiños de repuesto, un paquete de pañuelitos de papel -carilinas-, un pañuelo bordeaux de seda, un frasco de vidrio de yogur descremado y su cucharita, un cuchillito de untar para el desayuno a la mañana siguiente, mi billetera de cuero ...