1. Ya soy el puto del equipo (VIII)


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... el nivel del agua. Puse el circulatorio en marcha y al poco rato se había calentado el agua adecuada para el cuerpo. Me quité la camiseta y el short y me metí en el jacuzzi. No tardó en llegar Gunnar, entró y se hundió a mi lado sentándose en el escalón junto a mí. Nuestros cuerpos se tocaban necesariamente.
    
    — La alineación está hecha, dentro de un momento en el entrenamiento ya podrás conversar con él y quiero ver que hacéis buenas migas en el campo de juego. Como el contrario, Avalon U.D. es el colista de campeonato no voy a estar contento si no hay mínimo 5 goles de diferencia.
    
    Empecé a cogerle la polla dentro del agua, estaba fláccida pero había que amarrarla para darle gusto. Comencé a manosearla, acariciarla y sobarla masturbando aquella tranca ya conocida. Se la puse dura, muy dura dentro del agua de tanto sobarla y me preguntó:
    
    — ¿Dónde quieres que te la meta, aquí dentro o fuera?
    
    — Aquí mismo.
    
    Me levanté, me cogí con las manos de las anillas de la escalerilla de salida, me puse de pie y quedé inclinado por la cintura, puse el culo en alto como hacen los gatos, hundiendo la espalda arqueada y respirando fuerte. Mi polla estaba a tope. Se me acercó, me metió, un dedo y de inmediato dos, me hizo daño, pero ni me quejé. Luego metió tres y lo insulté:
    
    — ¡Puto maricón, gallina, métemela ya, joder y no seas hijo puta.
    
    Se encabronó y me dio dos fuertes cachetadas en las nalgas que debieron dejármela roja porque escocía como una buena bofetada en la ...
    ... cara. Ya no pensé en mi hoyito, sino en su tranca que ya tocaba mi culo, se paseaba por mis nalgas y apuntó. Puse muelle mi cuerpo como si quisiera que me atravesara el agua y la metió de un golpe toda entera.
    
    — ¡Auuuw!, ¡cabrón, hijo de puta, maricón, qué buena entrada!, ¡joder!
    
    — Te ha gustado, ¿eh, maricón?
    
    — Eres un destripador, ¡joder!
    
    — Pues ahora verás qué te hago por obligarme a alinear a Marcos, para que aprendas a odiarlo, ¡maricón de mierda!
    
    Comenzó a sacar y meter con fuerza y sin piedad, yo bramaba y acompañaba los bramidos con chillidos ululares. Era de locos, pero en lugar de odiar a Marcos, resulta que lo amaba más. Me perforó, me dolió y sabía ya que eso me iba a doler al menos dos días, sin lubricante, con odio o rencor, fue una auténtica violación consentida por amor a los amigos. Se vació en mi interior. Sin esperar a bajar su calentura, me obligó a mamarle la polla para dejarla limpia. Lo hice por mis amigos. Se fue al campo de entrenamiento, pero antes me tiró las llaves al suelo a mis pies:
    
    — Limpia todo, vacía el jacuzzi y, después del entrenamiento, cierras; mañana me las das a primera hora de la mañana.
    
    Se fue. el muy cabrón. Descansé. Limpié todo, me vacié el recto metiendo dos dedos en mi culo y empujando para evacuar dentro del jacuzzi, lavarme y luego echarlo todo por el hueco del desagüe. Me puse mi camiseta, mis short y mis botas y salí al campo. Mientras yo limpiaba había escuchado las voces de los compañeros, ahora estaba en ...
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