1. Ya soy el puto del equipo (VIII)


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... silencio. Cuando llegué al campo Gunnar me humilló con estas palabras:
    
    — Ahí viene la niña bonita, para estar guapa ha tenido que ir a la peluquería, veis que peinada está la madame hoy.
    
    Yo estaba muy dolorido y me puse en la portería. Mucho esfuerzo tuve que hacer, pero gracias a que el míster ese día tenía prisa, antes del cuarto de hora nos dijo que entrenáramos nosotros. Nadie tenía ganas y todos se fueron al vestuario.
    
    Marcos, se vino donde mí y vio mi mala cara. Le dije que me ayudara a recoger las cosas que dejaban los demás. Fuimos al vestuario. Marcos se duchó rápido y dio prisa a otros para que se fueran pronto.
    
    Me vestí, cerré y me fui poco a poco a casa con Marcos. Quería preguntarme algo, pero le dije que en casa le contaría y fuimos todo el camino en silencio. Me dolía mucho mi culo y no lo había disfrutado tanto. Al llegar a casa nada le dije a Abelardo de lo ocurrido para que no sufriera. Hice lo posible para sonreír, pero me notaba cansado. Abelardo estaba en cama y le dije que le ayudaría a levantarse y vestirlo. Antes fui al baño para ponerme en el culo crema con el fin de calmarme un poco el escozor. Marcos esperaba en la sala.
    
    Yo sabía que no había acabado este martirio nuestro, faltaban cuatro semanas para el final, es decir, ocho entrenamientos y cuatro partidos y se me ponía cuesta arriba, pero por Abelardo y Marcos estaba dispuesto a soportar los abusos que me sobrevinieran. No pensaba en vengarme, sino en que acabara la liguilla, ...
    ... hacer luego mis exámenes e irme a mi casa de la playa. Este año ya tenía asegurada la compañía de Abelardo y me iba a conquistar a Marcos.
    
    Llegamos Abelardo y yo a la sala, se saludaron ambos con sendos besos. Hice que Marcos saludara a mi taita y se besaron. Luego lo llevé de nuevo a la sala, donde había quedado sentado Abelardo. Ahora Marcos manifestó su estupor al ver su cara hinchada y deformada. Pero a Abelardo le dolía el costado cuando respiraba o tosía. Se quiso quitar la camisa para mostrar el vendaje extraordinario que llevaba, pero como no podía le ayudé. De vernos a los dos allí yo le notaba no solo la erección de su pene sino que también las tetillas de sus pezones estaban rígidas. Lo calmé un poco con caricias. Luego fui a por un rotulador indeleble y grueso y escribí sobre el vendaje: ˝Get out early so you can fuck hard», luego Marcos me tomó el rotulador y escribió: «I also want to fuck you has that your ass asshole». Nos reímos los tres y exclamó Abelardo:
    
    — ¡Cabrones de mierda! ¡Sois unos puercos! A ver qué dirá el médico cuando me lo quite… o la enfermera… que sería lo peor.
    
    — Dirá que tienes unos amigos muy putos y muy jodidos, —dijo Marcos.
    
    — Pero eso es lo divertido, —dije yo que no estaba para muchas diversiones con el dolor que sentía en el culo.
    
    A veces mi dolor me hacía rabiar y no podía aguantar sentado y me entretenía de pie, incluso con la crema que me había puesto. Entonces le dije a Marcos que viniera conmigo mientras Abelardo miraba ...
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