1. Ya soy el puto del equipo (VIII)


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... las hojas que le había dado.
    
    Nos fuimos a mi habitación, la cama estaba por tender y le dije:
    
    — Marcos, hazme un favor.
    
    —Lo que necesites.
    
    — Mírame el culo, que me está doliendo mucho.
    
    Lo miré, asentía en silencio y con su cabeza y me quité los pantalones, me agaché sobre la cama mostrándole el culo y le dije:
    
    — Mira si hay heridas.
    
    Abrió mi culo separando las nalgas y dio un silbido con su boca, cuyo aire vino a mi agujero provocándome mucho alivio.
    
    — Lo tienes muy rojo e hinchado, hecho una carnicería, no hay sangre pero poco falta, está todo inflamado. Hay que poner abundante pomada.
    
    Como ya la llevaba en las manos se la di. Con un dedo y de modo suave me fue poniendo pomada más extensamente que yo lo había hecho llegando hasta donde la nalga comienza a penetrar en la raja, luego metió el dedo suavemente extendiendo pomada en mi interior.
    
    — Creo que desaparecerá pronto, pero se ha de cerrar el culo, —dijo Marcos.
    
    — Se cerrará en un par de horas o tres, —dije yo.
    
    — ¿Quién te ha hecho eso?, —preguntó Marcos.
    
    — No quería contarte, pero me ha obligado el míster para ponerte en el lugar de Abelardo, de delantero centro y he tenido que pagar el favor, pero lo ha hecho a lo bruto y me ha dejado tendido.
    
    — ¡Maldito maricón ese imbécil de entrenador!, —dijo con rabia Marcos.
    
    — He pensado que ganamos el campeonato y luego lo echamos a él por abusón, pero esto es mi secreto, —le dije.
    
    — Yo estoy contigo, Doro, descuida, pero hoy voy a ...
    ... quedarme aquí con vosotros, solo que no podré follarte —dijo riendo Marcos—, habrá que hacerlo al revés.
    
    — El tiempo pasa y verás como podremos hacer todo —le dije esto para su consuelo—, haremos todo lo que nos plazca.
    
    Fuimos a cenar. Mi taita es brillante. Sabía que sufríamos por el amigo y sin que yo le pidiera, puso una botella de champaña para acompañar el salmón que nos había servido. Preparó una deliciosa ensalada de queso de cabra y nos puso un rico pastel de postre. Todo muy delicioso. Yo me había aliviado bastante aunque notaba algo de escozor. Después de decirle el buenas noches a mi taita, nos pasamos a la sala para ver una película. A ellos les gustó, yo casi me dormí y respetaban mis cabezadas. La verdad es que estaba destrozado, hecho una verdadera mierda.
    
    Acabó la película y nos fuimos a mi habitación, desnudé a Abelardo, lo acompañó Marcos a orinar y regresaron para acostarse. Como mi cama es grande y Abelardo no se movía mucho, decidimos que íbamos a hacer el amor los tres. Nos reímos porque parecía imposible. Uno con las costillas rotas, el otro con el culo hecho una mierda y solo el tercero estaba en forma. Así que, como estábamos en mi casa, yo mandaba y, si no les gusta, que les den. Nos gustó y nos dimos, ¿que si nos dimos?.
    
    Decidí que yo iba a darle una mamada a Abelardo y si podía —y pudo— él le daba al mismo tiempo una mamada a Marcos y se la preparaba para que me la metiera. Marcos me miró con ojos de buho y le guiñé el ojo sonriendo. ...
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