Los blanquísimos jamones 5 - Relatos Eróticos

Los blanquísimos jamones 5

... donde estaban los modelos, y los dibujaban los estudiantes “en serio”. Nos volvimos locos: había mujeres y varones desnudos sentados en taburetes, y los otros tranquilamente dibujaban. ¡No sabíamos cómo lo podían hacer!”
-¡Jajaja! – Romi se cagaba de risa.
-Y… bueno…, Mecha y yo nos quedamos con una calentura tremenda, yo por verle las tetas a las mujeres – la “cachucha” no se veía mucho, aunque sí los pelos-, y ella al verle los “tremendos” pitos a los varones.
Cuando zafamos y volvimos a casa, todavía no había oscurecido del todo. Mecha me dijo: “¿no querés que nos tiremos en el pasto?”
-Dale… 
“Y fuimos entre el matorral del descampado. Ella se levantó la pollera y se bajó la bombacha. Yo me bajé el pantalón y el calzoncillo, y… bueno…, ella abrió las piernas, me puse sobre ella y se la metí. Hicimos lo que creíamos que se hacía, moviéndonos para arriba y para abajo, como en algunas oportunidades lo vimos hacer a nuestros padres, y… acabamos casi al mismo tiempo…, aunque no teníamos la menor idea que ella podría quedar embarazada… ¡Qué sé yo! Fue lindísimo… La primera vez… 
Después hablamos sobre el tema. Yo hacía rato que tenía lo que luego me enteré que se “llamaba “poluciones nocturnas”, y me hacía la paja varias veces por día, pensando en alguna actriz de cine que me gustara, y Mecha se metía los dedos – y me enseñó como tenía que hacerlo yo-, hasta tener un orgasmo, del cual no teníamos ni idea que así se llamaba.  
Luego lo hacíamos todos los martes y ...

... viernes, que era cuando íbamos al Instituto, aunque ya no importó ver a los modelos. Nos veíamos nosotros, aprendimos a acariciarnos. Yo, la conchita y ella, el pito, y aunque le parecía mucho más chico de los que había visto en la escuela, igual le gustaba. Yo, para contrarrestar, le decía que sus tetas eran más chicas que las de las modelos, pero que sus pezones me gustaban mucho… y chupaba con frenesí. ¡Y todos en paz!”
-¡Jajaja! ¡Sos genial! – Romi parecía encantada con mi relato. - ¿Te parece? ¿Nos bañamos y bajamos?
-¡Uy, si! ¡Me olvidé que Patricia está esperando! 
-No te hagás problema. Patricia está entretenida con la cena.
	Nos bañamos, nos “enjabonamos”, nos acariciamos –más discretos esta vez…-, nos vestimos, lo más “prolijos” posibles y salimos del dormitorio. Cuando bajamos, Patricia nos esperaba sonriente.
-¡Hola chicos! ¿Se divirtieron?
-¡Un montón! – Contestó Romi riéndose.
-Supongo que sí. No esperen una súper chef. Tortilla y milanesas…
-Para mí está muy bien. ¡Ya “comí” bastante!
-¡Jajaja! – Las dos largaron la carcajada. Romi me apretó contra su cuerpo. – ¡Dany es un amor total!
-¡No me cabe la menor duda! – Patricia le daba la razón.
Nos sentamos a la mesa, elegantemente preparada, con platos, cubiertos y copas correspondientes, los vinos…, y la tortilla y milanesas del menú. ¡Ahora me daba cuenta! Estúpidamente me olvidé unas flores.
-¡Ojo! – dijo Patricia.- La “tortilla” no tiene ninguna implicancia sexual.
-¡Jajaja! – Romi y yo nos ...