1. El calvario de Luciana (7)


    Fecha: 05/01/2018, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... abofeteándola cada vez más fuerte hasta que la tensión onírica hizo que despertara, bañada en sudor y mojada. “Dios mío. –se dijo. ¿Quién soy en realidad?”, y poco después, somnífero mediante, volvió a dormirse.
    
    ………….
    
    En ese mismo momento Luciana estaba desnuda en cuatro patas sobre la cama, penetrada por la señora Gloria con un consolador sujeto mediante un arnés de cintura. Se lo había metido en el culo y la poseía con violencia, arrancándole gemidos de dolor en cada embestida y gozando de darle fuertes chirlos en las nalgas. Por momentos se inclinaba hacia delante y con una expresión sádica en su rostro le retorcía y estiraba los pezones hasta hacerla gemir y retorcerse de dolor. Luciana era como un animalito indefenso y sollozante y eso hacía gozar morbosamente a la señorona, que después de un rato de violenta penetración anal sacó el dildo del culo de la jovencita, le ordenó que se pusiera frente a ella y se lo metió en la boca, para que lo chupara. Luciana tenía las mejillas arrasadas en lágrimas. Sufría sin poder comprender el porqué de lo que le estaban haciendo. Sólo sabía que esa mujer no la ayudaba.
    
    Toda la noche pasó la pobrecita entre vejámenes y violencia sexual e incluso debió soportar que después de haber tenido que lamer la concha de la clienta hasta hacerla acabar, la señorona la hiciera echar boca abajo sobre sus rodillas y la nalgueara con fuerza hasta dejarle la cola roja y ardiendo.
    
    -Para esto estás hecha, perra, para hacernos gozar. –le ...
    ... decía y continuaba pegándole. Sólo se detuvo cuando la palma de su mano le ardía tanto que ya le era imposible seguir pegando. Entonces echó al piso a Luciana, que quedó allí sollozando en posición fetal, aterrorizada. La clienta se echó a dormir, satisfecha su sexualidad y colmado su sadismo y sólo despertó cuando en su celular sonó la alarma a las 10 de la mañana.
    
    …………..
    
    Graciela estaba a esa hora en la inmobiliaria atendiendo a un cliente. De pronto en su celular sonó el aviso de un sms.
    
    Se puso nerviosa cuando identificó el teléfono de Emilia.
    
    -Discúlpeme un momento. –le dijo al cliente y leyó el mensaje: “Venite en cuanto termines en tu oficina.”
    
    Recordó ese sueño aterrador y excitante al mismo tiempo que había tenido y respondió: “Sí Emilia a eso de las 7 de la tarde estoy ahí.”
    
    Y en segundos le llegó la respuesta: “Te espero, yegua.”
    
    Jamás había pensado que alguien la trataría de semejante manera y menos imaginó que ese tratamiento la excitaría.
    
    Después de enviar ese sms a Graciela, la proxeneta recibía en el saloncito a la señora Gloria, cuyo semblante lucía rozagante después de la ducha reparadora de tanto goce nocturno.
    
    Mientras bebían café, la clienta le dijo: -Te la zurré un poco. Le puse la cola roja y calentita. ¿Te importa?
    
    -Claro que no, Gloria. Ya no es una persona. Es apenas carne de placer para la clientela. Lo único que no permito es que me la arruinen como fuente de ingresos.
    
    -No, eso claro que no, querida. Pero la hubieras ...
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