1. Esclava de mis actos, presa de mis palabras


    Fecha: 10/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... el culo.
    
    El cruce empezó a transgredir Tinder y era habitual encontrar sus mensajes en mi mail o en mi casilla de whatssap. Doy clases en un colegio y muchas veces tuve que irme al baño para tocarme de las terribles fotos de su poronga que cada vez me parecía más apetecible y comestible. Le empecé también a mandar fotos de mis tetas, de mi culo, de la concha bien abierta con los dedos metidos. No le mandé fotos de mi cara, ni el tampoco, pero hasta me puse en cuatro para mostrarle el tatuaje de mariposa que tengo justo arriba de la rayita del culo. “Me lo vas a llenar de leche’”, le pregunté cachonda en ese posteo.
    
    Él me mandaba fotos de su verga erguida y sólo me preguntaba. “Qué te gustaría que te hiciera ahora mismo”.
    
    —Me gustaría que me obligaras a que te chupe la pija, que nos encontremos en la oscuridad de un pueblo perdido y me llenes de pija por todos los agujeros. Me gustaría probar toda la leche que salga por esa cabezota. Me encantaría tomármela toda —le escribí en una oportunidad en la que mi novio se había quedado dormido mientras le chupaba la pija y mi frustración fue tan grande que estuve a punto de agarrar mis cosas y mandarme a mudar.
    
    Gustavo escribía bien, sabía aprovechar mi calentura y lograba que tuviera orgasmos diciéndome chanchadas por mensajes de voz. Yo no le conocía la cara, pero me parecía un detalle menor, estaba segura de que ese tipo me calentaba y con solo meterme esa enorme pija me iba a hacer ver las estrellas.
    
    “Qué me ...
    ... harías en este momento”, me preguntó el día en el que decidí darle rienda libre a sus intentos de encuentro. “Me pararía atrás tuyo, te pellizcaría los pezones, te bajaría el pantalón y te rompería todo ese culo que se ve tan apetecible en tus fotos”. Cuando leí la frase la vagina se me empapó y los pezones se me endurecieron casi hasta sentir un poquito de dolor. Tuve que correr al baño para meterme los dedos y no me alcanzaban las manos para hundirlas adentro de mi concha que ya estaba desesperada por sentir una pija adentro. Y la de Gustavo me encantaba.
    
    “Tiene que ser así – le dije – salvaje, me calienta mucho la idea de excitarme con un desconocido. Quiero sentir toda esa pija adentro, que me hagas gozar como si fuera tu putita”, le escribí sin pensar y ya no tenía retorno.
    
    “Por qué no nos encontramos dentro de una hora en los carritos que dan a la reserva ecológica”, me sugirió. Lo pensé un rato porque no estaba segura. Me mortificaba el hecho de traicionar a mi novio sólo por una terrible calentura en lugar de tratar de revertir las cosas. Pensaba que si me gustaba la otra pija la relación con él se iba a tornar peor.
    
    Mientras ese pensamiento me daba vueltas en la cabeza me llegó un videíto que me terminó de convencer. Lo había grabado en cámara lenta y justo en el momento en el que la leche salía de su cabeza y después de largar un chorro que salió de cuadro empezó a chorrearse por toda la pija. Me latía el clítoris de la calentura. Quería estar ahí para lamerla ...
«1234...7»