1. Los blanquísimos jamones 8


    Fecha: 15/03/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... años!
    Abrió y entramos. 
    -Hola mamá. ¡Aquí estamos!
    -¡Ahora voy! 
    La voz venía de la cocina, creo… Pero no. Apareció en un pasillo que supongo llevaba a los dormitorios…
    ¡Casi me caigo de culo! ¡Era Araceli a la enésima potencia! No era una modelo 90-60-90. No, nada de eso. ¡Era más! ¡110/120-60-100! Bueno…, puede ser que en la cintura tuviera unos centímetros más…
    ¡Mamita! ¡Qué tetas! ¡Qué culo! Y… ¡además tenía unos ojos y un cabello! Y una piernas, que si bien no se veían por el pantalón…, éste era tan ajustado que se marcaba todo el papo y el culo en perfectísimo nivel de curvaturas! Eso sí…, sin escote… El top llegaba hasta el cuello…, pero dejaba al descubierto un ombligo divino, para chuparlo todo y acabar allí dentro…
    Araceli no se inmutó. Me pareció que tal vez suponía que la madre iba a aparecer así…
    Pero… ¿cómo hace una mujer en esas “condiciones” para no tener pareja…? Y además cocinar…
    Bueno. No me iba a enamorar de ella. Pero… sin la menor duda, me la cogería con infinito placer… ¡No había dado dos pasos y ya sentía el empalamiento del bulto!
    Se acercó sonriente…, abrazó y besó a su hija… Y cuando me dio un beso en cada mejilla, apoyando ostentosamente sus tetas contra mi pecho, por poco me agarro de la pared para no caerme. Y me tomó de las manos. ¿Sería para evitar que le agarre las tetas?
    -Un placer por conocerlo. ¡Me hablan tanto de usted! – Menos mal que se alejó un poquito. - No solamente mi hija. Hasta mi hermana y la socia lo tienen en un ...
    ... pedestal… ¡y sé que será el papá de una bebita! ¿Qué tal todo, eh?
    -¡Jajaja! Ya vez, “mamá lo sabe todo”. – ¿Araceli reía porque no le quedaba otra, o se divertía por mi “sorpresa”? – Me voy a bañar. Vuelvo rápido. 
    	¿“Rápido” sería para que me portara “bien”?
    -Termino con la cocina y preparo la mesa… - Me agradeció el champán y lo llevó a la cocina.
    -Le ayudo “señora”. Me dice dónde están las cosas y pongo al mesa…
    -¡Nada de señora! Soy Yolanda…, para vos también… - Iba rápido la confianza… ¡Mejor así! – Allí, en el mueble están los platos y en la cocina tengo las copas.
    	Yolanda entró en la cocina. La primera puerta a la izquierda. El aroma era muy rico. Me acerqué al aparador, abrí y saqué tres platos. Como había apoya platos, también los saqué y acomodé  cada uno a la altura de las sillas que rodeaban la mesa del comedor, muy linda, redonda, con una robusta base. Fui hasta la puerta de la cocina. Yolanda estaba agachada frente al horno. ¡Dios! ¡Qué culo espectacular! Tan marcado el encuentro de los glúteos, que se notaba… -o mejor dicho-, no se notaba la existencia de ropa interior alguna! Cuando se irguió, en su espalda no había rastro de corpiño. ¡Estaba perfectamente lista para “el catre”!
    	Estuve unos cinco segundos en silencio, observando tan hermoso paisaje.
    -Entrá Dani, sin problema. – Había notado mi presencia. – Allí están las copas…
    	Si, las había visto. Pero preferí callarme la boca.
    -Gracias Yolanda… - Se dio vuelta y me miró a los ojos…, después de una ...
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