Los blanquísimos jamones 8 - Relatos Eróticos

Los blanquísimos jamones 8

... rápida mirada por el bulto… 
-Tomá las del vino, el agua… y el champán…  
	La cena fue de maravillas. Frente mío tenía a la mamá. Por suerte la mesa tapaba sus atributos inferiores, pero permitía lucir sus tetas…, y su rostro, tan hermoso como el de la hija, y sin rastros de los años. ¡Cuarenta y tres! ¡Qué bien me vendría!
Por supuesto, el tema principal fue el “apareamiento” domiciliario de Araceli y yo. Yolanda preguntaba con discreción, si íbamos a estar cómodos. En varias oportunidades sugirió que podríamos compartir su casa, pues había otra habitación, además de la de Araceli. Yo no tenía necesidad de hablar. Araceli se opuso terminantemente, con suavidad, sin asperezas, pero con firmeza. ¡Menos mal! ¡Compartir una vivienda con semejante mujer! 
	Y bajó el vino, el champán, y una riquísima tarta que había traído Yolanda del barrio del negocio. 
	Araceli, extrañamente, comenzó cabecear… ¿Tendría sueño? ¿Sería el vino o el champán? Todos habíamos tomado bastante, pero me llamó la atención. No era de aflojar tan pronto. Yolanda la miraba… Parecía que iba a decir algo…, y apretaba los labios, para no hablar.    
-¡Uy! ¡No doy más! ¡Me duermo! Demasiado vino…
Había demasiadas explicaciones en Araceli.
-Vamos nena, te llevo. Vos así vas a darte de cabeza contra el marco de la puerta.
-¡Jajaja!
-Vamos. 
Yolanda ayudó a levantarse a su hija y la abrazó para llevarla. Vi desde atrás a ambas mujeres, mientras caminaban hacia el dormitorio. ¡Copia exacta! Algunos kilos ...

... y centímetros más por parte de Yolanda. Si Araceli estaba destinada a ser como la mamá cuando tenga su edad… ¡maldeciré la hora que me deje!
Escuché algunos cuchicheos, pero no entendí de qué hablaban. En un par de minutos regresó la mamá. 
-La tuve que desnudar. ¡Esta borrachina casi se acuesta vestida!
-¡Jajaja!
-Vení, nos sentamos en el sofá y damos cuenta del champán. 
Había un hermoso sofá de tres cuerpos. Con la botella cerca y las copas en las manos nos instalamos… y comenzó la “confesión” de Yoli.
-¿Sabés Dani? Todo lo que te diga es absolutamente verdad, te lo juro por los nietos que alguna vez espero tener. – Yoli sonrió. La miré como diciendo ¿de qué hablás?
-Si…, no tengo celos de Araceli… ¡le tengo envidia! ¿Por qué ella pudo encontrar su pareja, su gran amor… tan pronto… y yo… bueno casi veinte años de soledad?
-Pero Araceli me dijo…
-Sí, ya sé. ¡Qué salía todos los días con un tipo distinto! Me da vergüenza. No quiero ser tan promiscua… Mi marido me abandonó 5 años luego de casarnos… Trabajaba en una empresa muy importante en fabricar e instalar caños para petróleo…, y lo mandaron durante “solamente 6 meses” a Arabia Saudita… - Yolanda me miraba atentamente y respiraba entrecortadamente. - Durante los primero cinco meses todo bien. Casi todo los días teníamos comunicación. Ambos deseando que rápidamente pasen los 6 meses. Al final del quinto, durante un par de semanas no supe nada. ¡Hasta fui a la empresa a averiguar! Me dijeron que estaba trabajando ...