1. SEXO TRAS EL FUNERAL


    Fecha: 14/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... al día siguiente.
    
    Con mucha pereza nos levantamos, nos duchamos juntos y mamá se vistió de luto y poco después estuvimos en el Tanatorio.
    
    Cuando llegaron los amigos y familiares de nievo se sucedieron las escenas de dolor, los gritos y ayes. Algunas vecinas me pidieron que cuidara a mi madre, que no me fuera de su casa, que necesitaba mucho apoyo. Entonces la abrazaba y si no hubiera sido por guardar las apariencias le hubiera metido a mamá la mano debajo de la falda, ya que sabía que iba con medias negras y vestido de luto riguroso, aunque su chochito, que ya era mío lo llevaba al aire y muy fresquito.
    
    Tras el entierro, que fue multitudinario, mamá y yo, nos fuimos a un bar a comer un bocadillo y a eso de las dos de la tarde, ambos desnudos disfrutamos en la cama de nuestra pasión sin obstáculos.
    
    Recuerdo que le lamí todo su chocho de arriba abajo, que me comí su dulce clítoris que creció en mi boca como si fuera un pene infantil, sumiéndola en un éxtasis inenarrable, lleno de flujo, orgasmos y grititos de placer. También le metí la polla por el culo y su ano dilatado tragó mi verga hasta los testículos y la bombeé sin cuidado, mientras mamá gozaba hasta casi desmayarse de gusto con mis embestidas feroces. Me corrí dentro de ella, en varios polvos, y ese torrente de leche fue un relax para sus sentidos y quedó inerte, boca abajo y con el culito que vomitaba un pequeño riachuelo de semen, que yo bebí goloso.
    
    Le pedí, después de esa intensa sesión de sexo, a ...
    ... mi madre, que me hiciera una cubana. Ella aceptó pues no quería privarme de cualquier antojo carnal, que yo pudiera solicitarle, ya que dijo que quería ser mi putita particular, mi esclava sexual.
    
    Yo le coloqué mi polla entre los grandes globos de carne de sus senos y ella, con picardía, se apretó las tetas e hizo un sándwich con mi pobre miembro, que se perdía, pese a su gran tamaño y grosor entre esos melones dulces, de riquísimo pezones. Yo comencé a follarme sus pechos con deseo y concupiscencia, y cuando mi glande asomaba entre las dos montañas deliciosas ella lo lamía con gula e incluso una vez se lo metió a la boca para saborearlo.
    
    Tras una intensa sesión de cubana, que me dejó casi exprimido, pese a mi juventud y resistencia sexual, mamá, que estaba hambrienta, después de tantos años de abstinencia, se volvió a arrodillar ante mí, y cogió juguetona mi miembro semiflaccido entre sus manos suaves. Me lo fue masturbando con picardía, diciéndole cositas al pobre, que después de tanto follar y de tantos jueguecitos sexuales con una hembra de tanto vigor como ella, estaba para el arrastre.
    
    Mamá mimosa y erótica me sujetó los testículos con su mano izquierda, como si los sopesara y con la derecha mi polla, que pese a su agotamiento, iba creciendo y engordando en su mano.
    
    Después con la boca semiabierta se dirigió a mi pene y respiró sobre él, echándole su aliento cálido y húmedo. Luego me lamió la polla entera, de arriba a abajo y viceversa. Yo me dejaba hacer, ...
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