1. 39.3 El pasado doloroso


    Fecha: 06/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... hubiera gustado, no sé, que se pusiera de rodillas para declararme su amor, o que me hubiera abrazado y besado con locura, era tan cursi y patético que sentí vergüenza de mí. Estaba contento a pesar de todo y no me importaba que fuera tan triste y sin entusiasmo, estaba dispuesto a soportarlo todo por tenerle, realmente me parecía todo muy tierno por mi estado emocional.
    
    -Sí, eso mismo, si es que yo te gusto a ti. –resultaba todo tan frío, me levanté y tomé asiento en el borde de su tumbona, y sujeté su mano.
    
    -No es que me gustes, es que estoy loco por ti, siempre lo he estado. –se levantó como si un resorte le hubiera disparado. Me abrazó y me beso en los ojos y en los labios, yo no sabía ni besar, nunca había besado de verdad a un chico o chica en la boca.
    
    Gonzalo me besaba con ternura y algunas veces con furia, ahora me gustaban sus besos y no me quería desprender de su boca, miraba a la oscura noche y me parecía de día, y las estrellas se multiplicaban en mi cabeza más rutilantes que las que veíamos colgando en el cielo.
    
    Se excitó, o nerviosos caímos al suelo, sobre las toallas que habíamos abandonado un tiempo antes. Pude notar, a través de la tela del bañador, el bulto tan tremendo que portaba en la entrepierna y el calor que desprendía, el mío también estaba rígido y me dolía, tenía unas ganas locas de correrme por lo excitado que estaba al frotarse contra mí.
    
    Siempre le había visto su polla en reposo, o un poco hinchada, y aquello que sentía ...
    ... presionando sobre mi vientre y mi pene no se parecía en nada. Estaba nervioso y no sabía qué hacer salvo sentirla resbalar sobre mi abdomen, cuando las frotaba deslizando su cuerpo sobre el mío, hasta que de repente sentí que se tensaba y encogía, abría mucho la boca y se vació entre convulsos espasmos en el bañador. Su corazón parecía una locomotora a punto de explotar.
    
    Me sentía genial, aunque con mi polla tiesa que me dolía, me notaba muy a gusto abrazando su cuerpo contra mí, me ponía nervioso y emitía risitas sin controlar como si fuera un bobito, sintiendo su humedad que traspasaba las finas telas, y su olor a semen, me pareció que hasta el aliento le olía y me gustaba. Era una sensación como nunca la había sentido, su proximidad, el poder abrazar su espalda desnuda, besarle la cara y acariciar su cabello y su cuello era suficiente para mí y así hubiera estado toda la noche, y llegaron mis padres.
    
    No hubo problema con el semen que había manchado el bañador, antes de que llegaran a la terraza que está al otro lado de la casa, se lo quitó y se envolvió en una toalla, luego en el cuarto de baño lo lavaría.
    
    Mi madre se dio cuenta de que algo pasaba o había sucedido porque nos miraba con intensidad, con el olfato que tiene seguro que olió el esperma de Gonzalo tan intenso y además, verle envuelto en la toalla, y la misma mancha que lucía yo en mi bañador, no dijo nada y luego se lo contaría unos días más tarde, no lo de la corrida de Gonzalo, solamente le hablé de su ...
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