Aromas y especias
Fecha: 18/01/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos
... estaba alrededor de las enterradas ramitas. Lo movimientos que el hacía me resultaron extraños, era como si quisiera recoger el flujo con lo dedos. Tuve claro que eso era exactamente lo que hacía cuando sus dedos subieron a mi ano y comenzaron a embadurnarlo con el líquido recogido.
Di un respingo. Nunca nadie me había tocado ahí. Intenté incorporarme para zafarme, pero su mano suave pero firme sobre mi espalda, me lo impidió.
No me resistí más y me dejé llevar por lo que pasaba sin pensar más en ello. Aspiré con ansia aire para llenar mis pulmones e intentar calmarme y en el aire puede percibir, mezclado con la canela, el aroma del sexo y la excitación.
Sus dedos se movían cada vez con más decisión en mi inexplorado agujero, hasta que por fin, uno de ellos entró en mi. Por puro instinto, mi cuerpo se cerro ante aquella invasión.
Relájate. Vamos, tranquila. Relájate y lo disfrutarás más...
Lo decía mientras su dedo pugnaba por entrar y salir de mi. Poco a poco me fui abriendo a él...
Cuando consideró que estaba suficientemente dilatada, la última rama de canela que quedaba sustituyó a su dedo. Me la metió completamente, sin dejar ni un centímetro para tira tirar de ella.
No te preocupes. Saldrá. Pero ahora debes intentar que no sea así.
Apreté con fuerza. El tenía razón, La vara trataba salir de su encierro. Traté de evitarlo...
De repente sentí sus labios rozando mis nalgas y bajando por mi muslo izquierdo, mientras sus manos me despojaban del ...
... tanga por completo.
Me ayudó a incorporarme y me tomo entre sus brazos levantándome del suelo. Entonces con mucho cuidado se dirigió a la bañera y arrodillándose me metió en ella.
Se le mojaron las mangas de la camisa, pero no pareció importarle.
Relájate un poco mientras me quito la ropa. Cierra los ojos y acomódate...
Yo quería ver como se desnudaba, pero obedecí, cerré los ojos y recosté la cabeza contra el borde de la bañera. El agua estaba en su justa temperatura y su textura era suave.
Sentía como me subía el perfumado vapor a la nariz y como la espuma me envolvía y acariciaba.
No podía dejar de sentir los palitos de especia que me llenaban, mantenían mi cuerpo excitado, aunque mi mente estaba relajada.
Entonces noté movimiento en el agua y abrí los ojos, encontrándome con el cuerpo desnudo de mi herborista ante mi, de pies dentro del agua.
Me moví un poco para hacerle sitio y se estiró en la bañera junto a mi.
Enseguida sus besos cubrieron mi rostro y mis labios, y segundos más tardes mis pechos y mis pezones erectos. Sus manos acariciaban mientras mi vientre y las caras internas de mis muslos.
Mi excitación estaba al límite y notaba la suya aplastándose contra mi cadera...
Deseaba que me penetrara ya. Que sustituyera las ramas por su miembro...
Como si leyese mis pensamientos, su mano derecha fue a mi entrepierna y empezó a jugar con las varitas, metiendo y sacando cada una hasta sacarlas definitivamente e ir tirándolas al suelo.
No ...