1. ¡Esa tarta de manzanas!


    Fecha: 20/04/2021, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de pronto, la que estaba arriba levantó su cabeza, me vio y sonrió. ¡Era japonesa! ¡Uy dio! ¡Qué quemo! Me aplasté contra el suelo. ¡Seguro que me vio!
    Y los gemidos seguían. ¡Para que! ¡Mi pantaloncito de baño parecía una carpa! No podía evitarlo, ¡me habían puesto súper caliente! Así estaba yo, tratando de disimular, con los ojos cerrados, cuando siento alguien a mi lado. ¡Zas! ¡Me descubrieron! 
    Abrí los ojos… 
    -¡Hello míster! 
    -¿Qué? 
    Era un chico muy rubio, muy blanco, seguro uno recién llegado. Estaba muy agachado, casi con su cabeza sobre mí. Se reía. Con los ojos señaló mi tremendo bulto, e hizo señas con la cabeza; sus ojos decían ¿si? ¿Puedo?
    Yo estaba casi petrificado ¿Este qué quiere?
    Y le sonreí, no sé porque… 
    Parece que entendió algún tipo de afirmación. Con las dos manos tomó el pantalón de mi cintura y lo bajó. La pija apareció en todo su esplendor. El chico sonrió complacido y me acarició el glande con su lengua.
    ¿Y este? ¡Estaba dispuesto a mamar!
    Como yo estaba tan caliente, pensé que algo es algo, y no hice ningún gesto en contrario. Se la metió toda en la boca, a chupar, besar, acariciar con la lengua…
    -¡Ahhh! – Ahora fui yo quien no pudo contener el gemido.
    -¡Mmmmm! ¡How beautiful! - El chico estaba encantado. ¡Yo también! 
    De pronto se detuvo. Se incorporó levemente y me hizo señas para que saliéramos de allí. Si, lo prefería. No quería que las mujeres, o quienes sean que estaban a cinco metros, se enteraran de mis gemidos. 
    Nos ...
    ... arrastramos de rodillas para alejarnos, y cuando supusimos que estábamos suficientemente lejos y cubiertos, nos levantamos. El chico no parecía tan chico. Tendría 16 o 17 años. Era un rubio muy compuesto y sonriente. Tenía puesto como pantalón de baño un muy breve slip. Cuando me indicó que lo siguiera dudé un momento. Me tomó una mano, me hizo seña de silencio y me llevó con él. Deje que lo hiciera. 
    Yo era mucho más corpulento que él. No pensé que habría algún problema de violencia. En un momento, en un pequeño claro, me miró con una sonrisa, me soltó y se bajó el slip. ¿Qué pretendía? Se inclinó sosteniéndose con sus brazos y me ofreció el culo. ¡Un culaso! ¡Cómo el de una mina! 
    Se mojó una mano con saliva y se la pasó por el orto. La señal era evidente ¡Quería que lo cogiera! Yo había corrido con el pantaloncito a medio muslo, donde me lo había bajado. Como se me había puesto media morcillona, se dio vuelta y la mamó fervientemente. Volvió a mojarse con saliva, se metió un par de dedos, como para mostrarme que no había problemas y me indicó que “procediera”. Me saqué los pantalones, y lo encaré. ¡Si quería se la iba a dar! Estaba suficientemente caliente para hacerlo. Así que lo tomé de la cintura y empujé. 
    Entró sin dificultad. Tenía el culo bien entrenado. 
    El chico reculó para ayudar a la máxima penetración. Cuando mis huevos chocaron contra su culo se escuchó un delator ¡splach…! Comenzó el vaivén… En principio llevó la iniciativa. Yo hice lo mismo bombeando con gusto y ...
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