¡Esa tarta de manzanas! 2 - Relatos Eróticos

¡Esa tarta de manzanas! 2

... Kyomi se agachó a lamer mis muslos. 
-¡Me viene, tesoro! ¿Te acabo adentro o preferís en la boca?
-¡Yo! ¡Yo la quiero! ¡Dámela a mí por favor!  - Kyomi estaba desesperada por tragar. Jim, solidariamente salió de mí, sin soltarme, y la nena, ya agachada para sorber los jugos de la hermana, se puso la pija en la boca… y recibió la sacudida. ¡Dos litros por lo menos! ¡Tragó todo!
Me acosté. ¡No daba más! ¡Me sobran 20 años! Las chicas se acostaron a mi lado. En un momento, Kyomi se acostó sobre mí. Desnuda, cuan largo era, quedó sobre mi cuerpo. Ella es bajita. Con su cabeza en mi pecho, su entrepierna quedó justamente sobre la mía. No iba a pasar mucho tiempo sin que mi sexo sintiera su “presencia”. Yo quería ganar algo de tiempo. Necesitaba recomponerme…
-¿Saben? Hay algo que me llama la atención… ¿por qué mintieron la edad?
-¿Qué? 
-Si. Me dijeron una edad que no es cierta. Ni vos tenés 27 ni Kyomi tiene 21. ¿Eh? ¿Por qué me engañan?
-Es que… No queríamos que nos dijeras que no…
-¿Por qué?
-Pues…, yo tengo 21… 
-Y yo 15…
-¡Eh! Pero eso… es un peligro para mí. Digo… es peligroso., si alguien se entera a mí me pueden meter preso. ¿Lo entienden? ¡Es estupro! ¡No puedo estar con una menor!
-¿Nunca estuviste con una chica? Ahora digo… ¿a esta edad?
-Si, pero es otra cosa. En mi casa y con mis amigas…
-¿Crees que nosotras se lo vamos a decir a alguien?
-Nosotras te engañamos… ¡tu no buscaste nada!
-Pero chicas…, el desconocimiento o la ignorancia no evita el ...

... cumplimiento de la ley…
-¿Eres abogado?
-No, pero eso lo sabe todo adulto…
-Perdón Dani… Date cuenta no es por hacerte daño sino por estar contigo. Nos gustaste desde que te vimos… Además yo soy mayor… Cualquier cosa estás conmigo y listo…
-¿A sí? Te creés que alguien se lo creerá. ¿Con vos sola? ¿Y Kyomi mira?
-¡Jajaja! ¡No, por favor! ¿Ves? Si te decíamos… nos ibas a rechazar…
-¿Ustedes todo lo hacen juntas?
-Bueno… casi.
-¿No tienen novios? 
-No…, si… 
-¿Y? 
-Yo tengo novio…, pero no quiero estar con él, por eso vine con mis padres.
-¿Por qué? ¿Es mala persona?
-No, para nada. ¡Es un amor!
-¿Y entonces?
-¡Es japonés!
-¿Y eso que tiene de malo? Ustedes lo son y son preciosas y buenísimas…
-Es que…, bueno… Tal vez sea difícil de explicar… Tu eres descendiente de italianos o españoles… ¿no?
-Italianos…
-Y bueno… Alguien en tu familia, a ti o a otros, u otras, le dijo alguna vez: ¡tienes que casarte con un italiano!
-No, para nada…
-Eso nos pasa a nosotras…, y no queremos quedarnos en el gueto… ¡no queremos!
-¿Por qué supusiste qué éramos de menor edad? – A Kyomi le preocupaba la respuesta.
-En fin…, algo de experiencia…
-¿Qué cosa? – A esta altura ya ni me fijaba quien de ellas hablaba. Kyomi se movía apenitas sobre mí. Su pelvis “acariciaba” la mía. Sentía como se erguía el pene…
-Las dos… la tienen muy apretadita… Demasiado hermosas y sin visitantes… Bueno… muy pocos…
-¡Jajaja! – La que rió era Jim.
-La verdad… ¿Con cuántos cogiste?
-Con mi novio…
-¿Y ...