Pregunta Comprometida
Fecha: 01/06/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... la misma ropa con la que había trabajado. Un cortito pantalón de futbol – de aquella época -, y una remera. Ella tenía una muy corta pollerita y una muy liviana blusita, sin mangas.”
-¡Entonces fue el terremoto, Laura!
-¿Qué pasó?
Habíamos dejado las copas sobre la mesita. Laura pasó su brazo derecho sobre mi hombro. Yo apoyé mi mano izquierda sobre su pierna, cubierta por la suave tela de su cortito vestido. Diez centímetros hacia la rodilla y había podido apoyarla sobre su piel… ¡No quise acelerar nada!
-Y…, yo sentado sobre el inodoro, tenía a Noelia a mi derecha, pegadita a mí, parada frente al lavatorio… Mi pierna derecha rosaba la parte posterior de sus rodillas…, sin nada que evitara el contacto de piel a piel: ella con la pollerita y yo con el pantaloncito de futbol…
-Imposible evitar la tentación… ¿no? - Laura habló despacito, junto a mi oído.
-Efectivamente. La tomé de la cintura y la hice girar hacia mí, de frente. Ninguna oposición. Abrió las piernas y se sentó sobre mis rodillas, justito, justito “allí”… ¡y estaba al palo! ¡Dios! ¡No lo pensé! Te juro. Fue automático. Llevé mi mano hacia el pantaloncito, como eran por aquella época, anchos y cómodos… Tomé el pene, lo extraje y lo conduje hacia el sexo de Noelia. Le corrí la bombacha y la penetré. ¡Ella se acomodó moviendo las caderas! ¡Quedamos ensartados sin el menor titubeo!
-¡Jajaja! ¡Grandioso! Nunca conocí chico tan rápido.
-¡Hacía solo cuatro días que la conocía!
-Bueeeno…, a mí me conocés desde ...
... hace cuatro semanas…
El beso en la boca fue de total pasión, sin la menor duda. Las lenguas luchando por tomar el paladar del otro, dándonos saliva. Los dientes mordiendo el labio ajeno. ¡La batalla comenzaba!
No quería ser rudo ni precipitado. Unos segundos o minutos recorriendo nuestras bocas. Puse mi mano en su cabello y bajé con mi boca hasta su cuello. Seguí en su nuca y pasé la lengua por atrás de las orejas. Laura me correspondió tomando mi cabeza, besándome los ojos, la nariz, las mejillas, pasando nuevamente por mi boca, esta vez suavemente. ¡Era tan dulce! Me sentía raro. No había tenido dudas con Adriana, ni con Araceli, ni con ninguna de las chicas… ¿Por qué ahora dudaba?
Laura llevó la mano que yo tenía sobre su muslo al pecho. ¡Grandioso! ¡Se me fueron las dudas! Me colé por el escote y llegué al tremendo globo de su teta izquierda. ¡No había dudas ni corpiño! Con toda la mano lo tomé y acaricié, por abajo y por arriba, como evaluando la cantidad de carne. Si había pensado que con una mano tomaría el culito de Noelia… ¡no me alcanzó para tomar toda la teta de Laura! Desde afuera de su vestido, sobre la tela, ella apretaba más y más.
Me incliné sobre sus tetas. Laura corrió los breteles que sujetaban el vestido al cuerpo… ¡y sus maravillas quedaron al aire! ¡Era eso! Mi boca fue al pezón izquierdo. Chupé y besé, con ansia y deseo, mientras con una mano tomaba el derecho. Laura tiró la cabeza hacia atrás y se relajó en el sofá, reclinándose…, ya entregada. ...