NOELIA Y SUSY SE PUSIERON DE ACUERDO - Relatos Eróticos

NOELIA Y SUSY SE PUSIERON DE ACUERDO

... Como nosotros hacíamos todo lo que nos brindaba placer y alegría… ¿qué necesidad tenía yo de pagar? No quiero decir que alguna vez no me haya acostado con alguna puta, por lo menos con alguna que lo hiciera con otros por dinero. ¡Pero a mí nunca me cobraron! Así que si eran putas yo no me enteré. 
-¡Jajaja! ¡La conciencia tranquila!
-¡No es eso! No me molesta que haya quien cobra, o quien paga para tener sexo. ¡Cada cual a lo suyo! 
-¡Tenés toda la razón del mundo! ¡Pero la prostitución es producto de un mundo machista!
-¡Sin duda! – Laura tenía razón. – Es tan machista que si a una mujer le gusta el sexo, por el sexo en sí, le dicen puta…, con desprecio. Y si a un hombre le gusta el sexo, como a casi todos, ¿o no? – Laura me miró y sonrió. – lo aplauden… ¡Jajaja!
-Si, es así. – No podía más que aceptar lo que decía Laura.
-¿Y? ¿Cómo terminó la cosa? ¿Te seguiste acostando con Susy?
-Si, no hubo problemas en este caso… ¡Lo genial fue lo que pasó luego!
	“Efectivamente, Susy no “espió” más. Y nosotros, Noelia y yo, podíamos gritar, gemir, reírnos, a todo volumen, sin reparos…, y Susy también se reía. “¡Chicos, dejen dormir!” Es lo que nos dijo las primeras noches. ¡Hasta que sucedió lo que yo, por lo menos, deseaba! “¡Chicos…, si no me dejan dormir… me voy a jugar con ustedes!” “¡Síííí! ¡Mami, vení con nosotros!” ¡También lo deseaba Noelia! ¡Y Susy vino! ¡A toda risa! “Pero… ¿qué hacés con ese camisón? ¡Sacatelo de una vez!” “¿Desnuda?” “Si, claro. ¿Vos nos ves ...

... vestidos? Nosotros queremos verte desnuda a vos. ¿No es cierto, Dani?” ¿Y yo qué iba a decir ante esta magia? “¡Si, claro! ¡Me encantaría!” “¿Viste mami? A Dani le gustaría. ¡Sacate el camisón! ¡Esperá, esperá! ¡Te lo saca Dani! ¡Es más divertido!” Noelia estaba sentada sobre mí, con la pija súper enterrada en el culo. Se levantó, chorreando, al igual que el choto. Siempre riendo. “Dale, ayudala a mi mamita, que ella es tímida ¡jajaja!” Me levanté, totalmente erecto, y me acerqué sonriendo a Susy. Sabíamos nuestras trampas… y como disimular… “¡Ay, nena! ¡Las cosas que me hacés hacer!” “¡Dale! ¿No querés divertirte?” Como yo estaba de espalda a la cama, no tuve problemas con rosar con el pene el cuerpo de Susy mientras sacaba su prenda. ¡Sabía que tan hermosa era! ¡Pero lo resalté. “¡Qué hermosa sos! ¡Seguro qué tu hija será tan hermosa como vos cuando tenga tu edad!” “¡Eh che! ¡No soy tan vieja!” “Claro. Mami no es vieja y es hermosa, y yo quiero ser así, como ella.” “¡Sin duda! ¡Las mujeres más hermosas del mundo aquí, conmigo!” “¡Ja! ¡No tenés de que quejarte!” Yo estaba más caliente que nunca. ¡Cómo si nunca hubiera cogido con ellas! “¡Dale mami! ¡Vení la cama!” “¿Y adonde me pongo?” “¡Jajaja! ¡Ahora vas a ver!” Me acosté a lo largo. Noelia inmediatamente se ensartó, mirando a su madre y riendo. “Acomodate en cuclillas sobre la cara de Dani…” “¿Cómo?” Susy era una artista del disimulo. “Claro, así te besa, como la vez pasada, pero mejor!” Susy, “inexpertamente”, se acomodó sobre ...