1. Mi hermano, su esposa y yo II.


    Fecha: 18/07/2021, Categorías: Tus Relatos Autor: Anonimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... satisfecho. El dolor abdominal por la falta de eyaculación había desaparecido, sin la molestia me levanté y fui al baño para ducharme. Regresé a la cama e inicié el repaso en mi mente de todo lo que había pasado. No se cuanto tiempo pasó, tal vez una hora y media o dos, y soñoliento por la jornada del día y la actividad sexual que había tenido con la esposa de mi hermano y decidido a dormir,  estaba por cerrar los ojos cuando vi de nuevo abrirse la puerta de la recamara donde me quedaba, entraba de nuevo la mujer de mi hermano, desnuda de la cintura hacía abajo, descalza como había salido y con más coquetería que antes, ahora los tres estábamos ciertos de lo que se hacia en cada una de las recamaras. Se mostraba alegre, contenta de lo que estaba pasando, tenia a dos hombres para ella sola, dos cuerpos y dos falos que disfrutar. Posándose justo a la orilla de la cama me dijo, ¿estas listo para otro?, y cerciorándose en las condiciones que me encontraba metió la mano por debajo de la sabana y tomo mi pene, este que se mantenía erguido desde que volvió a entrar a la recamara, se movía ya con toda la intención de volverla a penetrar, estas excitado de nuevo comento. Sin más que decir me levanté de la cama y parados como estábamos la tome de las nalgas y la subí hasta mi cintura, sin penetrarla la mantuve por unos minutos así, rodeándome con sus piernas muy pegada a mi, busco mi boca y nos dimos un largo beso, mi pene se puso más firme aun, quería introducirse ya en la hendidura ...
    ... que antes había sido violada por el falo de mi hermano, me excitaba la idea de la comparación que podía hacer entre el y yo, con espasmos de mi pene y el temblor de su cuerpo la recosté en la cama y le dije…ahora es mi turno de cogerte. Quitándole la blusa que llevaba y poniéndole las manos por encima de su cabeza y abriéndole las piernas con mis rodillas comencé a besarle el cuello y los hombros, haciendo pequeñas estaciones en cada una de sus tetas, desnuda como estaba asemejaba a una muñeca en espera de manos que la tomaran. Bajé mis besos al abdomen y llegando a su pelvis pude constatar el olor a sexo, ese olor que procede después que el semen se ha depositado en la vagina, y en esa hendidura estaba el mío y recientemente tal vez el de mi hermano, el morbo en mi cabeza estaba en su punto, imaginaba a mi hermano e, fornicar con ella, las imágenes se centraban en la entrada y salida del pene de mi hermano en su vagina. Teniéndola a mi merced, recorrí mi lengua en su entrepierna y le di besos en su vagina, ahora sus fluidos no eran claros, nuestro semen depositado en ella hacia una excitante mezcla. Levantándome unos centímetros de ella tome mi pene con la mano derecha y se lo pase por todo el largo de su vagina, de nuevo ella suspiró y jadeo por el estímulo, seguí el masaje hasta que logré que me dijera, mételo por favor, ya quiero sentirte. mi falo que estaba a todo lo que da, dejo sentir su grosor cuando dirigí su cabeza por su hendidura, cerrando los ojos y gesticulando ...