Historias de oficina (10)
Fecha: 25/01/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos
... levantándose rodeo el escritorio acercándose hasta que por fin se arrodillo ante mí— mi vida.
—Me estoy asustando ¿qué paso?
—Mi vida… tu padre —comenzó diciendo acariciando mi mejilla— tu padre sufrió una descompensación en la noche.
Sentí que algo dentro de mí se destruyó en mil pedazos, podía sentir claramente las lágrimas comenzaban a resbalar por mis mejillas mientras mi cuerpo estaba totalmente inmóvil.
—Lo siento mucho amor… —dijo abrazándome con toda su fuerza.
Mi mente se encontraba en estado de shock, no creía lo que Lorena me contaba, no entendía las lágrimas que recorrían mi rostro, no entendía el dolor en mi pecho, solo sabía que el mundo que yo tenía se había derrumbado bajo mis pies, todo se tornó confuso, inseguro y muy difícil, todo menos al alrededor de Lorena, mi soporte, mi salvavidas, salí de la empresa prácticamente corriendo, conduje a toda velocidad hacia el único lugar que consideraba un refugio, mi refugio, una pequeña cueva en la cual jugaba con mi padre, entre casi a ciegas en su interior y grite con todas mis fuerzas una y otra y otra vez, hasta quedarme sin fuerzas, sin lágrimas, sin miedos o tristezas, tirado en el suelo me hice un ovillo, cuando la oscura y fría noche cayó sobre la cueva, me era imposible saber cuántas horas me costó dejar de llorar.
—Shh shh tranquilo amor, ya estoy acá. —dijo al momento que sus brazos me rodearon.
Me había encontrado, ¿Quién más sino ella? Mi amor, mi vida, mi victoria.
—¿Dónde más ...
... buscaría a mi dulce príncipe?... en su reino, su reino perdido —dijo dándome un tierno beso en mis cabellos— vamos a casa mi amor, vamos arriba.
Sería la última vez que pisaría ese lugar, el lugar que mi padre había elegido para nuestros juegos, el lugar donde trascurrió mi infancia, el lugar que fue mi primer secreto, el lugar donde me había dado el primer beso con victoria.
El sonido de mi celular logro sacarme de mi trance y llevarme nuevamente al presente, mire el nombre que la pantalla me enseñaba negando de mala manera.
—¿Qué pasa?
—Llevas horas desaparecido casi es medio día ¿dónde estás?
—Quiero que me consigas los planos de la residencia de Aigner, llevalos a mi propiedad apenas los tengas.
No quería escucharla más corte la comunicación de un modo no muy caballeroso pero el teléfono nuevamente empezó a llorar ¿me estaba haciendo un planteo acaso?
—¿qué pasa ahora? —respondí sin siquiera mirar de quien se trataba.
—Tenemos que hablar muchacho, tengo tu ubicación, quédate donde estas.
—Por mí no hay problema.
Corté la charla con Flix y volví a relajarme, prendí el último de los cigarrillos que lucio me había preparado, dejé que su influencia me arrastre, que mis sentidos vuelvan a alterarse, quería seguir recordando los hechos que habían ocurrido aquellos tristes días.
Habían pasado ya tres días desde la muerte de papá, Lorena no se había apartado de mí ningún día además de haber quedado al mando de todas las operaciones de la compañía, me ...