1. Gotas de Maribel


    Fecha: 26/01/2018, Categorías: Control mental, Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... deseando follar conmigo y me vas a contestar a cualquier cosa que te pregunte.
    
    Durante más de media hora le he dado un repaso a su vida durante los últimos años, me he enterado que no tiene pareja ni novio, aunque le rondan varios hombres, es cierta la amistad con Maribel y en alguna ocasión han tenido sexo entre ellas, siempre con la presencia deboysmusculitos que contratan en sus viajes de vacaciones. Echa de menos un hombre fijo, un novio o amante al que poder recurrir cuando le apetezca, le va muy bien en su trabajo, sabe por boca de Maribel que sigo solo, que ella y yo follamos de vez en cuando y todavía se siente dolida por haberme dejado tal y como lo hizo. No me ha dado tiempo a preguntar mucho más. Le acompaño de vuelta a la tienda, y antes de que entre hago uso del poder del perfume, de manera que a mediodía, al cerrar al público, yo entraré en la tienda por el portal para que nos podamos esconder en su despacho a follar.
    
    Sin hablar, me conduce hacia el despacho. Cierra la puerta, me mira sonriendo levemente y comienza a desnudarse, tal y como le he ordenado mentalmente. Lleva una preciosa ropa interior granate llena de encajes y transparencias, pero en lo que de verdad me fijo es en que con el paso de los años se ha hecho más rotunda en sus curvas, con unas tetas grandes, altas, duras, que miran cada una hacia un lado, coronadas por unas anchas areolas circulares, oscuras, de un tono casi morado, que rodean unos pezones gruesos y largos del mismo color ...
    ... —tienen media docena de negros largos pelos a su alrededor, ¡sí!— Sus anchas suaves caderas albergan un culo que siempre me ha parecido perfecto: más bien grande, redondo, prieto, sin vello, sin ninguna imperfección en la morena piel, con una estrecha apretada raja que casi tapa la pequeña entrada del ano; me parece maravilloso, cojonudo. Piernas largas, muslos duros, musculados, fuertes, enmarcando su sexo protegido por una mata de vello púbico muy poblada, sin arreglar, tan negro como el cabello de la cabeza, denso, rizado, casi ocultando los abombados anchos labios vaginales, del mismo bonito color de sus pezones. Es una tía buena, una maciza tremenda, que me pone a mil por hora y que va a darme gusto ahora mismo.
    
    Nos hemos besado largamente en la boca, primero como si fuéramos desconocidos, e inmediatamente hemos pasado a darnos unos cuantos besos de tornillo, ensalivados, guarros, excitantes, enlazando nuestras lenguas. No me olvido de besar y lamer sus cejas, punto erótico que la pone siempre muy excitada. Nos comemos la boca durante un buen rato, al mismo tiempo que con su ayuda me desnudo por completo. Me mira, sonríe, valora lo que ve, echa mano a mi paquete, lo aprieta un poco varias veces, y antes de que tenga que pedírselo utilizando el poder del espray, se pone en cuclillas ante mí para lamer el rabo. Cuando estábamos juntos nunca fue una tontita a la que hubiera que obligar a nada, le gustaba el sexo, recibir placer y darlo, era una estupendacomepollas y ahora ...
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